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¿Cuántos animales hay en nuestros ecosistemas? La respuesta a esta pregunta es clave para entender procesos y fenómenos tan importantes como la desaparición y la recuperación de especies o la dinámica de poblaciones explotadas por la pesca o la caza. Saber su número es fundamental, también, para poder predecir los efectos del cambio climático. Ahora bien ¿Cuántos peces hay realmente en nuestros mares? ¿Cuántos reptiles hay en nuestros montes? ¿Cuántas aves en nuestros bosques? ¿Cuántos animales hay realmente en nuestras zonas de estudio? A pesar de su importancia, resolver estas cuestiones todavía es un reto en la ciencia, particularmente en ecología, ya que no existe una metodología capaz de contarlos a todos de manera eficaz.Para averiguarlo, lo más sencillo es salir al campo o al mar y empezar a contar, pero cómo hacerlo ya es otra historia. Desde los inicios de la ecología, la búsqueda de métodos estadísticos para contar rápido y mejor ha abierto muchos debates. Un equipo multidisciplinar del IMEDEA (CSIC-UIB) acaba de publicar en la revista científica Journal of Animal Ecology una fórmula matemática que demuestra que contar utilizando cámaras de video es un buen método para saber el número de animales en las distintas zonas de estudio. «Aunque los animales no están quietos, hay una propiedad en su movimiento que nos permite estimar cuántos hay en una determinada zona de interés», explica Andrea Campos-Candela, primera autora del artículo y estudiante de doctorado del IMEDEA por la Universidad de Alicante, «Esta propiedad del movimiento, conocida científicamente como Home Range, se refiere a como los animales siempre se mueven dentro de un área conocida que se podría entender como su territorio. Este tipo de comportamiento está ampliamente distribuido entre mamíferos, reptiles, aves y peces». El desarrollo matemático que propone este equipo de investigación permite determinar cuántos animales hay para determinadas especies utilizando cámaras de video.«Esta fórmula es una nueva derivación de un postulado clásico que en realidad ha roto con algunos de los escepticismos clásicos en la ecología, como el hecho de que el reconteo del mismo individuo varias veces pueda ser un problema para la estima de abundancias», declara Salvador Balle, investigador del IMEDEA y coautor del trabajo.El rápido desarrollo tecnológico de las cámaras de video son la herramienta fundamental para la aplicación de este método. De hecho, la miniaturización y la bajada de coste de las videocámaras ofrecen a la ciencia una nueva y potente herramienta para el estudio de todos los ecosistemas. Este equipo investigador ha explorado la aplicabilidad de su nueva fórmula a diferentes grupos de animales para determinar qué esfuerzo real (en número de cámaras y tiempo) sería necesario para calcular correctamente cuántos individuos hay de cada especie. «El método consiste en dejar cámaras de video instaladas en las zonas de estudio realizando fotografías a intervalos de tiempo previamente fijados hasta cubrir un tiempo de muestreo total que nos permita estimar la abundancia de la especie con la nueva fórmula matemática» explica Josep Alós, coautor del trabajo,
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