Cuál es el poema más leído de la literal Argentina que tenga la misma moraleja que dos gatos y un mono
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respuesta:
Un gato en un piso vacío
Wislawa Szymborska
Morir, eso no se le hace a un gato.
Porque qué puede hacer un gato
en un piso vacío.
Trepar por las paredes.
Restregarse entre los muebles.
Parece que nada ha cambiado
y, sin embargo, ha cambiado.
Que nada se ha movido,
pero está descolocado.
Y por la noche la lámpara ya no se enciende.
Se oyen pasos en la escalera,
pero no son ésos.
La mano que pone el pescado en el plato
tampoco es aquella que lo ponía.
Hay algo aquí que no empieza
a la hora de siempre.
Hay algo que no ocurre
como debería.
Aquí había alguien que estaba y estaba,
que de repente se fue
e insistentemente no está.
Se ha buscado en todos los armarios.
Se ha recorrido la estantería.
Se ha husmeado debajo de la alfombra y se ha mirado.
Incluso se ha roto la prohibición
y se han desparramado los papeles.
Qué más se puede hacer.
Dormir y esperar.
Ya verá cuando regrese,
ya verá cuando aparezca.
Se va a enterar
de que eso no se le puede hacer a un gato.
Irá hacia él
como si no quisiera,
despacito,
con las patas muy ofendidas.
Y nada de saltos ni maullidos al principio.
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Natsume Soseki*
Yace aquí abajo
todo un atardecer,
con posible tormenta.
*Haiku que Soseki utilizó como inscripción sepulcral de su gato doméstico.
Gato negro a la vista
Gonzalo Rojas
Gato, peligro
de muerte, perversión
de la siempreviva, gato bajando
por lo áspero, gato de bruces
por lo pedregoso en ángulo recto, sangrientas
las úngulas, gato gramófono
en el remolino de lo áfono, gato en picada
de bombardero, gato payaso
sin alambre en lo estruendoso
del Trópico, arcángel
negro y torrencial de los egipcios, gato
sin parar, gato y más gato
correveidile por los peñascos, gato luz,
gato obsidiana, gato mariposa,
gato carácter, gato para caer
guardabajo, peligro.
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Solo de gatos
Rafael Alcides Pérez
Este gato está pidiendo amor.
Maullando llega, levanta la cola,
se arquea como un joven guerrero,
se aplana contra el piso, se tiende
boca arriba con la sinceridad
de quien ya ha perdido la vergüenza,
da vueltas, no deja de maullar
y se va, por fin se va
sin que le hagan caso.
Yo también maullé a lo largo
de mi vida, señor gato. Yo también
levanté la cola; yo también
me contorsioné como un acróbata
en su noche de debut; yo también
me aplané contra el piso
hasta ser una alfombra
volando en los cielos de Simbad.
Yo también,
fui payaso, telépata, electricista,
príncipe desterrado que arregla cocinas a domicilio
para olvidar, y al cabo yo también
me marché sin que me hicieran caso.
Es el destino de esta ciudad.
Acostúmbrese. (Está escrito.)
En overol de herrero
o con fanfarrias de monarca,
por los siglos de los siglos
pasarán los moradores de este lugar
maullando igual que usted.
Explicación:
eespero que tes sirva