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Érase una vez, un duende llamado Iris. A él le encantaba la lluvia. Cada vez que había lluvia, salía con su paraguas de colores.
Un día que estaba lloviendo, Iris y su amigo Arco fueron a casa de su amigo Javier. Estuvieron jugando a los dinosaurios. Iris era un tiranosaurio Rex y Arco hacía de rinoceronte. Javier no quería ser un dinosaurio y fue Pegaso.
Llegó el momento de ir a casa, entonces Iris y Arco fueron a un bosque donde iban con su escuela de excursión, pero se perdieron Al siguiente día, los encontraron muertos.
A Iris y Arco los enterraron en el mismo bosque, y cada vez que llueve, cuando sale el sol, brota del suelo un arco de colores al que llamaron "Arco Iris" en recuerdo de estos dos buenos amigos.
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