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Es notorio y muy avanzado el desprestigio de organizaciones políticas a veces centenarias: tales los casos de los partidos Conservador y Liberal de Colombia, Acción Democrática y Copei en Venezuela (arrasados por el fenómeno del chavismo, hoy a su vez en serios problemas), grandes partidos del Perú -donde el Apra recién ahora parece estar volviendo por sus fueros, luego de que la aparición y el estallido del fujimorismo cambiaran todo el mapa político-, el desastre de la UCR argentina o la progresiva indiferenciación de los partidos Blanco y Colorado en Uruguay. Esta situación, junto con la mutación ideológica, política, estratégica y de organización que experimentaron, en procesos muy diferentes, dos de los mayores partidos del continente, el peronismo en Argentina y el PT en Brasil, es parte de un fenómeno más global. Que hace a la naturaleza de los regímenes democrático burgueses en América Latina y la experiencia que ha hecho con esos regímenes el movimiento de masas a lo largo de las últimas décadas.
En efecto, hay una combinación entre, por un lado, las presiones político-económicas del imperialismo dominante en la región y en el mundo, el de Estados Unidos (presiones a su vez azuzadas por las exigencias de la globalización-mundialización capitalista.
Espero que te sirva ;)