Respuestas
Hace muchísimos años, cuando había poca gente sobre la tierra, no existía el fuego, razón por la cual los primeros habitantes tenían muchos problemas como por ejemplo, no poder cocinar, no poder salir de noche a cazar ni pescar, porque no veían los caminos o trochas por donde se desplazaban y se tropezaban con todo lo que se encontraban a su paso.
A raíz de ésta situación, uno de los viejos de la tribu llamó a su compadre "Fisido" -que en lengua huitota significa colibrí o picaflor- al cual le expuso la situación.
Fisido le comentó que él conocía al viejo dueño de la candela, pero éste no quería dársela a nadie porque, según él, no se la merecían.
Como Fisido sabía en donde se encontraba, tuvo que ingeniarse una treta para poder ir hasta allá sin despertar sospechas, ya que el viejo era tan astuto como un zorro.
Entonces se convirtió en un coco pequeño como fruto de la palma de chambira, se dejó caer al río y dejándose llevar por la corriente recorrió toda la selva hasta que llegó a la maloca en donde vivía el viejo cuidando muy bien de la candela, en compañía de una nieta.
Cuando llegó al frente de ella Fisido, convertido en coco, retomó la forma original de picaflor que era y empezó a chapalear para no ahogarse, como estrategia para que la joven lo viera y lo rescatara, lo cual efectivamente sucedió: cuando ella lo vio ahogándose, lo sacó del agua, fue y se lo mostró al viejo, pidiéndole permiso para tenerlo en la maloca.
El truco estaba funcionando, como estaba mojado, por insinuación del abuelo la niña lo colocó cerca al fuego para que se calentara y se secara, no dejando de observar el fuego para que no sucediera nada lamentable.
Como la nieta estaba pendiente, el viejo se descuidó un poco, y acostándose en la hamaca a cantar y descansar se fue quedando dormido mientras Fisido no le quitaba el ojo de encima.
Como lo notó dormido, comenzó a tragarse unos tizones encendidos; cuando estuvo lleno y seco, emprendió el vuelo. Cuando el viejo despertó y se dio cuenta del engaño se enojó, tomó una cauchera y salió detrás de él. Como era un ave tan diminuta y veloz se perdió rápidamente por entre la selva.
Voló todo el día entre bejucos, árboles y ramas llevando dentro de su cuerpo los tizones encendidos.
Al atardecer llegó donde el compadre al cual le dijo: "Aquí les traigo la candela" y empezó a vomitar los tizones, los cuales eran recogidos por la gente y los soplaban mezclados con la lana del nido de una hormiga llamada "raya" la cual arde muy bien, naciendo allí el fuego o candela que cambió la vida a los huitotos porque ya había luz y calor para hacer muchas cosas que antes no se podían hacer sin éste elemento.
De ahí nació la creencia de que el colibrí tiene el cuello rojo por las quemaduras que le produjo el fuego de los tizones.