Respuestas
Desde las Cruzadas en 1095 hasta hoy día, hemos visto innumerables conflictos librados en nombre de la fe.
Y mientras muchos creen que los conflictos estallarían sin la religión y que la fe es en realidad una gran promotora de la paz, para otros la guerra y la religión, sencillamente, no se pueden separar.
La causa original de cualquier guerra o conflicto es compleja y matizada, y a menudo hay muchos factores en juego, como el poder, ideología, dinero, territorio e identidad.
Ocasionalmente, esa causa original hasta se olvida, se pierde o se malinterpreta.
En Irlanda del Norte, por ejemplo, un conflicto de 30 años parecía dividir a la sociedad en bandos religiosos: los unionistas protestantes contra los nacionalistas católicos.
De hecho, el problema era más territorial, con visiones distintas sobre la identidad y sentimientos de pertenencia nacional en su esencia.