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Respuesta:
Hacía frío y mamá había organizado una excursión a la nieve para jugar y pasarlo bien con mis hermanos. Cuando llegamos al refugio, se escuchó una voz por el altavoz que nos daba la bienvenida a la montaña.
A mí me encaba la nieve, así que fui corriendo junto al refugio y me puse a hacer el mayor muñeco de nieve del mundo. O al menos, eso me parecía a mí. Me había llevado una bolsa con zanahorias, botones, una bufanda… Lo tenía todo para mi gran muñeco.
Lo quería hacer tan grande que siempre se desmoronaba. Mis hermanos pasaban junto a mí y me decía que lo dejase, que no sería capaz. Pero entonces llegó mamá, me abrochó los botones del abrigo y me dijo al oído: “Con esfuerzo conseguirás lo que te propongas”
Me puse a construir mi gran muñeco con más ganas que antes. Cuando papá pitaba con el coche para irnos, me faltaba ponerle la nariz. Vino mamás, me cogió en brazos y me ayudó a ponerla diciendo: “¿Ves hijo? Vales mucho”
Moraleja: Todo se consigue con esfuerzo y si aun así no se consigue, no pasa nada, pero al menos sabrás que lo has intentado. Que nunca te digan que no eres capaz de hacer algo, serás capaz de lo que te propongas.
150 palabras es una entrega dominical, creada por Marta, (DiarioDeAlgoEspecial) de una microhistoria o microrrelato, con la que podemos dar rienda suelta a nuestra creatividad, y enfocada a los niños. Te daré tres palabras de inicio, y habrá que crear un cuento. ¡de 150 palabras!
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Explicación: espero aber ayudado
Respuesta:
Había una vez un niño llamado Sebastián. A Sebastía no le gustaba jugar videojuegos todo el día sino que le encantaba jugar al aire libre. Como era muy fantasioso, se pasaba el día inventando historias que parecían ser sacadas de un cuento de hadas. Un día, mientras se saboreaba un deliciosa cereza que encontró tirada debajo del Árbol Rosado, como cariñosamente le llamaba al cerezo de su tía; se le ocurrió una gran idea. Enterraría uno de sus juguetes favoritos en el patio trasero. Luego dibujaría un mapa y lo guardaría por un año cuando intentaría encontrarlo. Así que, buscó un viejo carrito de madera y lo colocó en una pequeña cajita plástica. Escogió un punto que no fuera fácil de recordar y allí enterró su tesoro. Dibujó el mapa, lo dobló y guardó bajo su cama. Luego marcó la fecha en el calendario para no olvidar cuando debía desenterrarlo.
Moraleja: Todo se consigue con esfuerzo y si aun así no se consigue, no pasa nada, pero al menos sabrás que lo has intentado. Que nunca te digan que no eres capaz de hacer algo, serás capaz de lo que te propongas.
espero te sirva
Explicación: