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El Lazarillo de Tormes es una obra en la que podemos encontrar una crítica con la sociedad de la época. Si nos situamos en la época, el siglo XVI, observamos que hay una diferencia que clasifica las personas. Basándose en el dinero se distinguen personajes privilegiados (nobles, clérigos) y los no privilegiados, es decir la clase social baja los trabajadores. En el inicio del prólogo encontramos una frase dicha por Lazarillo que se define: "Yo por bien tengo que cosas tan señaladas y por ventura nunca oídas ni vistas vengan a noticia de muchos y no se entierren en la sepultura del olvido, pues podría ser que alguno de las que lea halle algo que le agradece, y a los que no ahondaren tanto los deleite." Por tanto se clasifica en los personajes nacidos para trabajar y ganarse el pan de cada día sin ninguna ilusión de que su vida de un giro en un momento dado.
El autor da una visión descarnada de la sociedad española de aquella época, centrada en los tres sectores sociales más representativos: pueblo, clero y nobleza. Relacionando los sectores con las críticas tenemos:
La crítica de la mendicidad y la marginalidad. Esta se basa en la preocupación fundamental del autor del Lazarillo, es la denuncia de las condiciones de vida miserable de un sector de la población. Lázaro y su familia, el negro Zaide, el ciego, son personajes representativos de esta crítica. Su papel da a conocer personajes hambrientos y de un nivel de vida en condiciones pésimas, típicas de la gente trabajadora que estaban a disposición de los privilegiados gente con poder económico.
La crítica anticlerical esta basada en la clase social relacionada con la iglesia, el clero. No puede ser en absoluto casual la elevada presencia de clérigos en la novela. Todos ellos, además, caracterizados negativamente por un rasgo que contradice uno de los principios básicos del espíritu evangélico: la falta de caridad. No es extraño que la novela fuera incluida, poco después de su publicación en el índice de libros prohibidos por la inquisición. De esta manera ocultaban la visión de los clérigos y su crítica social.
La crítica de la nobleza y la honra se basa en la vida tan fácil que tenían los nobles y lo difícil que es salir adelante para quienes fueron olvidados por la fortuna. A través del escudero, el autor muestra la estúpida obsesión que la nobleza tiene por la honra, por las apariencias, y las poco edificantes formas de vida de este sector social. Cuando nombramos las formas de vida de este sector social relacionamos la maledicencia, adulación y el aborreciemiento de la virtud de ser privilegiado.