Respuestas
Respuesta:
elementos del estado, y qué los caracteriza.
1. Territorio
El territorio es la condición previa, fundamental y más necesaria para la aparición del Estado. No hay que olvidar que los estados existen siempre ligados a una realidad material, porque está muy vinculado al control de qué recursos se explotan y cómo son procesados y comercializados. Por eso, su ámbito de influencia puede ser ubicado en un mapa.
Además, el territorio es lo que permita que exista el asentamiento de una población; evidentemente, sin personas tampoco hay organización social (por lo menos, no una que sea humana).
2. Población
Tal y como hemos visto, la población también es un elemento imprescindible para que puedan existir los estados. Además, es necesario que esta sea relativamente numerosa, porque de otra manera apenas se tendrá posibilidad de crear un marco de comercio, asignación de propiedad privada e influencia política o militar.
Cuando hay muchas personas viviendo en un territorio, no solo aparece la posibilidad de especializarse en una profesión muy específica y aliarse con otros compatriotas que actúan como una red de apoyo social. Además, se generan dinámicas culturales que cohesionan estos colectivos: surgen hábitos y costumbres comunes, idiomas o maneras de hablar, símbolos compartidos, sistemas de valores similares, etc.
Además, la población también tiene implicaciones en el potencial económico de un país. Por ejemplo, si en un Estado la mayoría de los habitantes no tienen recursos para vivir bien, seguramente costará poco dinero darles empleo, y esto influye en los acuerdos que el gobierno realiza con otros países. Por otro lado, si con el paso del tiempo se han asentado muchas empresas extranjeras en el territorio del Estado y la población local ha ido aprendiendo sobre los métodos de trabajo y las tecnologías de estas organizaciones, es posible que puedan generar sus propias empresas capaces de competir con las de fuera, y esto también tendrá un impacto en la organización social y política del lugar.
3. Gobierno
Tal y como hemos visto, un Estado es una forma de organización social y de organización política. El gobierno es la entidad en la que se concentra la gestión y toma de decisiones sobre esta última.
Existen diversos mecanismos por los que el gobierno puede tomar decisiones e implementarlas en un territorio y población, pero en los últimos siglos estos suelen surgir de diversos órganos de gobierno que trabajan de manera coordinada pero paralela, de manera que no sea un grupo reducido de personas el que tenga la última palabra en todo. La principal división entre estos órganos de gobierno queda concretada en la separación de poderes propuesta por Montesquieu y reivindicada aún hoy en día: poder ejecutivo, poder legislativo y poder judicial.
Velar por la independencia de estos tres tipos de poderes sirve fundamentalmente para garantizar que todo el mundo se someta a las normas de convivencia de la misma forma, sin que se puedan crear excepciones ad hoc para mantener a una élite fuera del alcance de la ley.
4. Soberanía
La soberanía es el consenso acerca de quién decide qué sobre qué territorio. Es, en resumidas cuentas, el poder supremo del que emanan todos los demás, y por ello va relacionado con la noción de la autoridad. Al ejercer la soberanía, se toman decisiones acerca de lo que debe hacerse dentro de los límites territoriales y diplomáticos de un Estado, y en ocasiones, en contextos bélicos, también fuera de estos.
Este es uno de los elementos del Estado más abstractos y con más capacidad de generar debate y polémicas, porque definir quién debe ser el sujeto soberano puede llevar a conclusiones muy diferentes a través de razonamientos muy diversos.
5. Coerción
La coerción es el conjunto de instituciones y poderes colectivos con la capacidad de someter por la fuerza a grupos que se oponen al Estado y a su funcionamiento (concretado mediante las constituciones y otros documentos ligados al sistema legal).
Este elemento del Estado está muy relacionado con la soberanía, porque su existencia da sentido a que aparezca un sujeto soberano con autoridad real. El efecto de la coerción está presente incluso cuando nadie viola las normas, ya que la certeza de que los delitos y crímenes tendrán su correspondiente castigo ejerce su influencia siempre, incluso en la imaginación, la creación de expectativas y l toma de decisiones de las personas.
Y es que si bien la autoridad moral puede dar cierto poder de influencia a líderes carismáticos o a organizaciones admiradas por muchos, muy poca gente estaría dispuesta a fiar la estabilidad de sus vidas y del entorno en el que se vive a personas que no tienen la capacidad para mantener el orden y defender al Estado y a sus pobladores de ataques a gran escala (invasiones y otros conflictos bélicos) y a pequeña escala (terrorismo, asesinatos, robos, etc.).