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Si bien es cierto que los bienes en líneas generales pueden ser tangibles (objetos) como intangibles (que no se pueden medir ni tocar) es importante hacer una aclaración: Un bien intermedio siempre es un objeto. En economía, a menudo se suele indicar que los bienes se dividen en productos y servicios.
Por ejemplo, un automóvil no solo se compra por el auto en sí mismo (producto) sino que también se compra por la marca, el servicio de posventa, la atención recibida, los planes de pago, seguro incluido, patente y algunos beneficios extra que la compra pueda tener. A esto último se lo llama servicio ya que no es tangible pero acompaña a dicho producto o bien final.
En el caso de los bienes intermedios, éstos no pueden ser nunca un servicio. Es decir, siempre un bien intermedio es y será un producto ya que forma parte de la cadena de producción.
Es importante hacer una distinción entre un bien final de consumo y un bien intermedio de consumo ya que, ambos términos son fáciles de confundir.
Por ejemplo, los huevos que se consumen en el hogar para la elaboración de una comida no son bienes intermedios. Son bienes finales de consumo. Sin embargo la harina que se utiliza para la elaboración de comidas que luego se pondrán a la venta en un negocio, sí es bien intermedio de consumo.
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