Elabore un paralelo entre las características sociales, políticas y económicas de los sistemas
totalitaristas, identificando sus semejanza y diferencias en la economía, la política
TEMA: LA CRISIS DE LA DEMOCRACIA Y LOS SISTEMAS TOTALITARISTAS
EN EUROPA
Respuestas
Respuesta:
La crisis económica de posguerra. Esta situación la sufrió Alemania de manera especial, agravada por las indemnizaciones que debía pagar a los vencedores. Ello provocó una alta inflación y altas tasas de desempleo.
Cambios en los sistemas democráticos. El nuevo sistema parlamentario favorecía la aparición de numerosos partidos de diversa ideología que llegaron a constituir verdaderos fenómenos de masas. Ante ello, la burguesía conservadora, que optó por la vía autoritaria en un intento de impedir la pérdida de su antigua influencia política, económica y social.
Las consecuencias de la crisis de 1929. La grave crisis económica provocada por el hundimiento de la bolsa de Wall Street azotó al mundo durante buena parte de los años 30, especialmente a países como Alemania, cuya economía se hallaba en estrecha dependencia con la de Estados Unidos. El desplome de la producción, el hundimiento de los bancos y el aumento del paro (7 millones de parados) generaron un ambiente de hostilidad hacia los gobiernos de la República de Weimar. El Partido Nazi (NSDAP) aprovechó este desprestigio para atraer a un creciente número de simpatizantes que demandaban orden y seguridad económica.
EL extremismo político. Los diferentes gobiernos que se fueron sucediendo se caracterizaron por su intransigencia, por lo que la vida política se radicalizó. Frente al ascenso de la ultraderecha, surgieron movimientos cuyo objetivo era atajar el auge de los totalitarismos, como fueron el frentepopulismo (Francia, España).
4.2. Características generales del fascismo y el nazismo
Los regímenes totalitarios, pese a sus diferencias, poseen unas características en común, como fueron:
Antiliberalismo. En estos regímenes la democracia es considerada el peor de los males porque cuestiona el monopolio del poder y, por ello, acaban con las libertades personales y establecen regímenes de partido único.
Nacionalismo radical. Frecuentemente encarna un nacionalismo de pueblos vencidos por no haber conseguido lo que deseaban durante la guerra.
Desconfianza de la razón y la intelectualidad, apelando al fanatismo de los pueblos.
Liderazgo absoluto. La nación pone su destino en manos de un líder que reúne todos los poderes y al que se le rinde culto a la personalidad mediante la propaganda y la prohibición de cualquier crítica.
4.3. El fascismo italiano
El triunfo del fascismo en Italia se debió a la situación de posguerra (paro, inflación, deuda exterior) y a la frustración nacionalista italiana que esperaba haber llevado a cabo una extensión territorial.
Estos grupos de “insatisfechos” se organizaron en fasci di combattimiento, también conocidos como camisas negras, dirigidos por un antiguo militar socialista, Benito Mussolini. Apoyados por la burguesía y los terratenientes, temerosos de lo ocurrido en Rusia y en un intento de frenar las reivindicaciones obreras, ejercieron una presión violenta contra los sectores de izquierda (huelguistas, obreros, etc.).
En 1921, los fascios se convierten en el Partido Nacional Fascista, con el apoyo financiero de la patronal y el apoyo político de las clases medias. En octubre de 1922, los fascios organizan la Marcha sobre Roma, con el objetivo de forzar la dimisión del gobierno constitucional e imponer el de Mussolini. El jefe del gobierno pidió al rey, Víctor Manuel II, que declarase el estado de sitio para detener la marcha, pero éste se opuso a la medida. El 29 de octubre, el rey pidió a Mussolini la formación de un gobierno, con lo que el fascismo llegaba al poder en Italia.
Las denuncias en el Parlamento del diputado socialista Giacomo Matteoti sobre la violencia cometida por los fascistas precedieron a su secuestro y posterior asesinato. Todo indicó que el responsable fue el mismo Mussolini. Ya en 1925, Mussolini suprimió los partidos políticos, los sindicatos y la libertad de prensa. Centenares de miles de italianos debieron exiliarse.
La política económica del fascismo italiano se caracterizó por la autarquía y la política intervencionista del Estado, aunque en la realidad favoreció a la patronal y a los terratenientes. En política exterior, la Italia fascista firmó los Tratados de Letrán con la Santa Sede en 1929, por los que se reconocía la soberanía del Papa en el nuevo Estado del Vaticano, se compensaba económicamente a la Iglesia por la pérdida territorial y se le reconocía un papel destacado en educación. Se realizó también una política expansionista que llevaría a la invasión de Etiopía en 1935.
A mediados de los años 30, la dictadura fascista estaba asentada pero la tradicional debilidad económica de Italia no se superó; detrás de las grandes obras del régimen, se encontraba un país atrasado y de escaso desarrollo económico, limitaciones que quedarán al descubierto con la entrada de Italia en la Segunda Guerra Mundial.