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Luego de la revolución se decidió enviarlos a Tobolsk, un lejano paraje de Siberia apartado de la influencia de la revolución. También se ha sugerido que, en realidad, Tobolsk era sólo una parada: Kerensky tal vez quería enviar a los zares hasta Manchuria, desde donde podrían ponerse a salvo en Japón.
Desde que empezó el cautiverio de los zares, poco a poco, cada vía de escape se iba cerrando, hasta que sólo quedó una salida, la peor: Ekaterimburgo, adonde fueron llevados aduciendo que una conjura monárquica podía facilitar su huida de Tobolsk.
En Ekaterimburgo, la familia real se alojó en la casa Ipatiev. La rodeaba una empalizada de madera, tan alta que desde el interior no se podían ver las copas de los árboles que estaban fuera; unos días después de su llegada, sus carceleros pintaron de blanco los cristales de las habitaciones de la familia. El 14 de julio, un sacerdote local, el padre Storozhev, fue requerido para oficiar una misa; fue una de las últimas personas del exterior que vio con vida a la familia imperial. Apenas tres días más tarde, en la madrugada del 17, los Romanov y sus cuatro sirvientes fueron asesinados en una habitación de 3 x 4 metros situada en el sótano de la "Casa del propósito especial", como llamaban al edificio sus carceleros.
Muchos impostores se hicieron pasar por hijos de los zares, aprovechando el misterio que envolvió la desaparición de la familia real. ,La más joven de las hijas de los zares, a alas 13 años en una foto de 1914. El mes anterior a su muerte había cumplido 17 años.
Te recomiendo que escuches una canción que se llama anastasia de "Destripando la Historia" Está muy buena 10/10