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Aél: los astros. Algunos de ellos parecían permanecer inmutables (las estrellas); otros
se movían día tras día, repitiendo sus posiciones al cabo de cierto tiempo: un día, un
mes, un año o incluso decenas (el Sol, la Luna y los planetas); y otros aparecían y
desaparecían misteriosamente, sin ninguna periodicidad –los cometas y las estrellas
fugaces o meteoritos–. Es más, algunos de esos fenómenos celestes parecían tener
una relación con la llegada de las épocas lluviosa o seca. Y a otros, por temor a lo
desconocido, se les atribuían efectos perniciosos o se les adoraba para conseguir su
favor.
Todo ello hizo que fuera el estudio y observación de esa Naturaleza Celeste, la Astronomía,
una de las primeras ciencias en desarrollarse en cualquier cultura en la que
volquemos nuestro análisis. Todas esas culturas desarrollaron su particular estudio de
los astros y su empleo en relación con otros aspectos culturales.
A pesar de que el ser humano, al menos hasta el siglo XX, ha tenido siempre bien
anclados los pies en la Tierra, no ha podido substraerse de la belleza y el misterio de la
cúpula estelar que le rodeaba y ha tratado de comprenderla y vanamente controlarla.
Sin embargo, al principio y a lo largo de la mayor parte de la historia de la Humanidad,
los conocimientos astronómicos se han empleado sólo con un sentido pragmá-
tico: en un principio, y sobre todo, con fines predictivos al servicio de la agricultura,
y en último caso como subsidiarios al servicio del poder, de aquellos que conseguían
al menos predecir el momento de retorno de fenómenos periódicos.
Bien es cierto que ya en Mesopotamia comenzó un estudio en cierto sentido sistemático
de los objetos astronómicos, pero continuaba al servicio de una minoría,
íntimamente unido a la Astrología (vano y falaz intento del hombre de controlar el
futuro). Es realmente en la Grecia clásica cuando comienza una segunda fase, al dar
a la observación del cielo un halo científico, y ser los primeros en intentar alcanzar
una comprensión del funcionamiento del Cosmos en sí mismo y no por su utilidad
calendárica o por ese engañoso intento de predecir un futuro impredecible. Pero no
fue hasta los siglos XVI y XVII, y sobre todo, tras las primeras observaciones de
Galileo, cuando la Astronomía empezó a considerarse como una ciencia en sí misma,
y el estudio de los astros logró tener importancia «per se».
El tema que nos ocupa, la relación de los incas con los fenómenos naturales celestes,
con los astros y sus conocimientos astronómicos, y en concreto con el Sol, se
enmarca en el primer caso; no parece que llegaran a entrar en esa segunda fase. De
hecho, el conocimiento astronómico incaico aparece íntimamente relacionado con
las ceremonias religiosas y agrícolas. La observación de los astros era empleada para
el mantenimiento correcto del calendario agrícola y festivo, pero además como herramienta
de poder de los Incas sobre sus súbditos. El Inca conocía y controlaba, e
incluso llegó a vanagloriarse de estar emparentado con el mayor astro del cielo: el
Sol. Él dictaba cuándo debía comenzar la siembra y cuándo debía recolectarse.
De cualquier forma, no debemos olvidar que el Imperio Inca que se encontraron
los españoles a su llegada y conquista en 1534 era fruto de una larga evolución de
pueblos que habitaron previamente en la zona. Por tanto, su cultura, y por ende sus
conocimientos astronómicos, estaban imbuidos de todos los desarrollos de culturas lgunos de los fenómenos naturales que más han cautivado al ser humano desde la Prehistoria han sido
aquellos que ocurren en la bóveda celeste, y por encima de todos, el movimiento periódico del Sol. Los
incas no fueron ajenos a ello. En este trabajo se expone el estudio detallado y comparativo de las descripciones
en tres cronistas sobre los instrumentos empleados por los incas para realizar observaciones
solares. Se analizan las contradicciones que surgen de dicha comparación y su consistencia con las observaciones
reales que pueden realizarse desde Cuzco. La resolución de este problema es esencial para
comprender el alcance del conocimiento del cielo que poseían los incas y el empleo que hacían de estos
conocimientos. Este tipo de observaciones se realizaban con fines de organización social y agrícola a
través del establecimiento de un calendario oficial. En el artículo se analizan también las contradicciones
en el tipo de calendario utilizado por los incas según diferentes crónicas.
Palabras clave: Astronomía incaica, calendario inca, observaciones solares
The Incas and the Sun: Solar Observing Methods and Inca Calendar
ABSTRACT .
HepplessFrog55:
Espero que te sirva si es asi me das GRACIAS estaria agradecido
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