Respuestas
Respuesta:
Hablar de la integralidad del ser humano es algo complejo. Abarca muchos temas y realidades de la persona que, digámoslo claramente, son un misterio. Si cada uno de nosotros se toma un momento para pensar sobre su propia vida, rápidamente se puede dar cuenta de una mezcla casi inagotable de características, rasgos, gustos, habilidades, actitudes, sentimientos, defectos, formas de ver el mundo, etc. Todos estos aspectos se relacionan unos con otros y en general lo podemos categorizar de forma relativamente fácil. Sin duda son parte de lo que somos y lo que nos hace únicos. En cada uno de ellos se encuentra un potencial de desarrollo y formación increíble, pero no es lo único en lo que deberíamos enfocarnos para educar, debemos ir más allá.
Ciertamente existen otros elementos más profundos y que también son parte fundamental/integral de lo que somos. Anhelos que reposan en lo hondo de nuestros corazones. Inquietudes sobre la búsqueda de la felicidad, de la realización personal y de la paz interior. Preguntas sobre el sentido de la vida. Ideas sobre el deseo de amar y ser amados. Deseos de dejar huella y ser recordados por las personas que amamos. Sueños que apelan nuestras vidas y marcan horizontes para el futuro. Al final, hablamos de aquellos cosas que harían trascender nuestra vida y van más allá de lo meramente material o tangible. Todas estas son cuestiones sobre las cuales tal vez no meditamos tanto, pero que son cruciales en nuestro proyecto de vida. Estos aspectos son parte fundamental de la formación que ofrecemos en ColombiaCrece a todos sus miembros y sobre los cuales deberíamos reflexionar más seguido.
La invitación con este pequeño escrito es a pensar un poco más a fondo sobre la integralidad del ser humano al momento de acercarnos a nuestros estudiantes y entre voluntarios. A ser consientes de que en cada miembro de nuestra comunidad existe una riqueza humana, un mundo único e irrepetible, una integralidad que se fundamenta en la hondura de su ser persona en todas sus dimensiones y en su dignidad. Nuestra formación será integral en la medida en que cada persona reflexione sobre todos aquellos elementos que envuelven su vida y la de los otros y pueda desde ese punto generar crecimiento y desarrollo. Sin importar la materia, el tema, el cargo o el área, todos estamos en capacidad de ayudar a otros a ser cada vez una mejor versión de sí mismos en todos los ámbitos de su vida, a ser más felices, a sentir que su vida vale la pena. Al final, desde mi experiencia personal, se trata de manifestar el infinito amor que Dios tiene por cada uno de nosotros desde la educación.
Respuesta:Reflexión sobre la integralidad del ser humano
Hablar de la integralidad del ser humano es algo complejo. Abarca muchos temas y realidades de la persona que, digámoslo claramente, son un misterio. Si cada uno de nosotros se toma un momento para pensar sobre su propia vida, rápidamente se puede dar cuenta de una mezcla casi inagotable de características, rasgos, gustos, habilidades, actitudes, sentimientos, defectos, formas de ver el mundo, etc. Todos estos aspectos se relacionan unos con otros y en general lo podemos categorizar de forma relativamente fácil. Sin duda son parte de lo que somos y lo que nos hace únicos. En cada uno de ellos se encuentra un potencial de desarrollo y formación increíble, pero no es lo único en lo que deberíamos enfocarnos para educar, debemos ir más allá.
Ciertamente existen otros elementos más profundos y que también son parte fundamental/integral de lo que somos. Anhelos que reposan en lo hondo de nuestros corazones. Inquietudes sobre la búsqueda de la felicidad, de la realización personal y de la paz interior. Preguntas sobre el sentido de la vida. Ideas sobre el deseo de amar y ser amados. Deseos de dejar huella y ser recordados por las personas que amamos. Sueños que apelan nuestras vidas y marcan horizontes para el futuro. Al final, hablamos de aquellos cosas que harían trascender nuestra vida y van más allá de lo meramente material o tangible. Todas estas son cuestiones sobre las cuales tal vez no meditamos tanto, pero que son cruciales en nuestro proyecto de vida. Estos aspectos son parte fundamental de la formación que ofrecemos en ColombiaCrece a todos sus miembros y sobre los cuales deberíamos reflexionar más seguido.
La invitación con este pequeño escrito es a pensar un poco más a fondo sobre la integralidad del ser humano al momento de acercarnos a nuestros estudiantes y entre voluntarios. A ser consientes de que en cada miembro de nuestra comunidad existe una riqueza humana, un mundo único e irrepetible, una integralidad que se fundamenta en la hondura de su ser persona en todas sus dimensiones y en su dignidad. Nuestra formación será integral en la medida en que cada persona reflexione sobre todos aquellos elementos que envuelven su vida y la de los otros y pueda desde ese punto generar crecimiento y desarrollo. Sin importar la materia, el tema, el cargo o el área, todos estamos en capacidad de ayudar a otros a ser cada vez una mejor versión de sí mismos en todos los ámbitos de su vida, a ser más felices, a sentir que su vida vale la pena. Al final, desde mi experiencia personal, se trata de manifestar el infinito amor que Dios tiene por cada uno de nosotros desde la educación.