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El proceso de Globalización
La Globalización es un fenómeno reciente que forma parte del proceso histórico de mundialización
capitalista, que difiere en forma y contenido de procesos anteriores, porque está asociado a un sistema de
ideas o ideología y a una concepción del mundo diferente, constituyendo en esencia un nuevo paradigma
que rige las relaciones internacionales y que se implanta a escala planetaria gracias al desarrollo del
transporte y de las comunicaciones y al término de la guerra fría.
Este modelo único de desarrollo (neofordismo) sustituye a los tres modelos coexistentes anteriormente,
representados por el esquema fordista que dominó en los países más industrializados de occidente, el
modelo socialista de planificación central de Europea Oriental y el modelo desarrollista del Tercer mundo,
especialmente aplicado en América Latina.
Según el pensamiento económico neoliberal que le sirve de sustentación, el nuevo orden mundial sería la
expresión de un proceso de mundialización del capital, de las inversiones, de la producción, de la
tecnología y del consumo, que regido por las fuerzas del mercado y el debilitamiento del poder de los
Estados nacionales, tendería a disolver las economías nacionales, las culturas y las fronteras entre
países, generando con ello, profundas transformaciones estructurales que tienden a homogeneizar el
planeta como un todo, incluyendo en ello la ideología del progreso.
El proceso de globalización está asociado a la búsqueda de nuevas formas de acumulación a nivel
mundial, donde las innovaciones tecnológicas, la informática y la bio-tecnología entre otros factores, han
permitido el incremento de la productividad del capital y como resultado han generado profundos cambios
en la organización de las empresas, del trabajo y de la producción.
Surgido en el mundo periodístico, el concepto de globalización fue acuñado por el universo político e
ideológico neoliberal, para referirse a la idea de un mundo sin fronteras, donde los Estados y territorios
nacionales pierden importancia como coordenadas clásicas de referencia, para dar paso a una economía
mundial que funciona en forma integrada e interdependiente como un sistema.
Pero el concepto alude no sólo a la esfera de la economía, sino que se extiende al campo de las políticas
públicas y de la cultura, constituyendo por tanto un proceso, un paradigma y una ideología - la del
progreso - con nuevos valores que son reconocidos a escala universal. (Bernal-Meza, 2000).
El actor económico protagonista en el escenario de la globalización es la Empresa Trasnacional (ET)
como ordenador y regulador de las actividades productivas, que a través de la inversión extranjera directa
está estructurando las relaciones económicas internacionales y orientando los flujos financieros,
comerciales y tecnológicos entre los países, incrementando gradualmente con ello la interdependencia
entre las diferentes áreas del mundo.
Esto implica que muchas actividades y empresas tienen viabilidad sólo a escala local o nacional, lo mismo
que muchos territorios que no cuentan con ventajas comparativas para insertarse en el esquema mundial
a través de productos competitivos, o están alejados de las redes de transporte internacional, quedando
excluidos del mundo global como áreas marginales del proceso de globalización (Riffo, 1998).