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3. Gobierno
Para entender cuáles son los elementos del Estado, antes hay que tener claro qué es un Estado. Si bien existen muchas definiciones para esta palabra, así como teorías creadas para explicar su naturaleza y funciones principales, la mayoría de concepciones de lo que es un Estado coinciden en que es un modo de organización política y social en la cual se crea un sujeto soberano (un colectivo capaz de tomar decisiones acerca de lo que se hace en un determinado territorio) y se establecen normas que permiten la división social del trabajo.
Esta división del trabajo consiste en un sistema por el cual especializarse en una profesión permite tener acceso a una red de apoyo creada por otras personas que trabajan en otros ámbitos. De esta manera, el Estado supone la salida definitiva del modo de vida de los cazadores-recolectores, en el cual no existen muchos trabajos especializados y el comercio está muy limitado.
Visto esto, repasemos de manera resumida cómo son los elementos del estado, y qué los caracteriza.
1. Territorio
El territorio es la condición previa, fundamental y más necesaria para la aparición del Estado. No hay que olvidar que los estados existen siempre ligados a una realidad material, porque está muy vinculado al control de qué recursos se explotan y cómo son procesados y comercializados. Por eso, su ámbito de influencia puede ser ubicado en un mapa.
Además, el territorio es lo que permita que exista el asentamiento de una población; evidentemente, sin personas tampoco hay organización social (por lo menos, no una que sea humana).
El poder acoger a muchas personas de manera estable, por otro lado, hace que el Estado pueda proporcionar un entorno en el que sea posible contraer pactos y cerrar acuerdos de manera relativamente segura, y también da pie al surgimiento de un fenómeno ligado a la aparición de los estados: la aparición de la propiedad privada.
2. Población
Tal y como hemos visto, la población también es un elemento imprescindible para que puedan existir los estados. Además, es necesario que esta sea relativamente numerosa, porque de otra manera apenas se tendrá posibilidad de crear un marco de comercio, asignación de propiedad privada e influencia política o militar.
Cuando hay muchas personas viviendo en un territorio, no solo aparece la posibilidad de especializarse en una profesión muy específica y aliarse con otros compatriotas que actúan como una red de apoyo social. Además, se generan dinámicas culturales que cohesionan estos colectivos: surgen hábitos y costumbres comunes, idiomas o maneras de hablar, símbolos compartidos, sistemas de valores similares, etc.
4. Soberanía
La soberanía es el consenso acerca de quién decide qué sobre qué territorio. Es, en resumidas cuentas, el poder supremo del que emanan todos los demás, y por ello va relacionado con la noción de la autoridad. Al ejercer la soberanía, se toman decisiones acerca de lo que debe hacerse dentro de los límites territoriales y diplomáticos de un Estado, y en ocasiones, en contextos bélicos, también fuera de estos.
Este es uno de los elementos del Estado más abstractos y con más capacidad de generar debate y polémicas, porque definir quién debe ser el sujeto soberano puede llevar a conclusiones muy diferentes a través de razonamientos muy diversos. Durante miles de años, en la mayoría de sociedades se asumía que quien mandaba era fundamentalmente un rey (en las tiranías) o un grupo de personas pertenecientes a la élite de una sociedad (en las oligarquías). A partir del surgimiento de la Edad Moderna, sin embargo, se ha ido evolucionando hacia un tipo de