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Explicación:
En Poéticas, Aristóteles sugiere que el héroe de una tragedia debe evocar un sentimiento de pena o temor dentro del espectador, declarando que "el cambio de fortuna presentado no debe ser el espectáculo de un hombre virtuoso traído de la prosperidad a la adversidad".2 En esencia, el enfoque del héroe no debe ser en base a la pérdida de su prosperidad, sino que establece que la pena es una emoción que debe ser provocada cuando, a través de sus acciones, el personaje recibe una desgracia inmerecida, mientras que la emoción del miedo debe sentirse por parte del espectador cuando contemplan que tal desgracia podría posiblemente suceder en situaciones similares. Aristóteles explica que tal cambio de fortuna "no debe ser de lo malo a lo bueno sino a la inversa: de lo bueno a lo malo". "No por vicio o depravación sino por algún error de juicio". Este error, o hamartia, se refiere a una falla en el personaje del héroe, o un error cometido por el personaje.
Un ejemplo de un error cometido por un héroe trágico se puede encontrar en Edipo Rey de Sófocles. En la historia, el personaje de Edipo recibe una profecía de que asesinará a su propio padre y se casará con su propia madre. Aunque hace todo lo posible para evitar cumplir la profecía, Edipo se entera de que la vida de un hombre que tomó, Layo, fue en realidad la de su propio padre, y que la mujer con la que está casado, Yocasta, es en realidad su propia madre.
La Antígona de Sófocles es otro ejemplo notable de un héroe trágico. Polyneices y su hermano, Eteocles, eran reyes, y el segundo quería más poder y no le sedio el trono a su hermano como habían quedado anterior mente, así que el segundo se fue y reunió un ejército de una ciudad vecina. Atacaron y los dos hermanos se mataron. A través de la ley de Creonte que prohíbe el entierro de Polyneices, Creonte condena a su propia familia. Otros ejemplos proporcionados por Aristóteles incluyen Tiestes.
Por lo tanto, el héroe aristotélico se caracteriza por ser virtuoso pero no "eminentemente bueno", lo que sugiere un personaje noble o importante que es honrado y moralmente inclinado, pero que aun así está sujeto al error humano. Los héroes trágicos de Aristóteles son personas defectuosas que cometen, sin malas intenciones, grandes injusticias o lesiones que finalmente llevan a su desgracia, seguido a menudo por la realización trágica de la verdadera naturaleza de los eventos que llevaron a este destino.3 Esto significa que el héroe aún debe estar, en cierta medida, enraizado moralmente. La ironía habitual en la tragedia griega es que el héroe es extraordinariamente capaz y altamente moral (en el sentido de la cultura de honor griega de estar obligado a las expectativas morales), y son estas cualidades exactas y admirables las que llevan al héroe a circunstancias trágicas. El héroe trágico está atrapado por su propia grandeza: extraordinaria competencia, una justa pasión por el deber, y (a menudo) la arrogancia asociada con la grandeza (hibris).