Respuestas
Respuesta:
en zaqueo vemos el proceso del discipulo-misionero:
a) El ENCUENTRO con Jesucristo: Quienes serán sus discípulos ya lo
buscan pero es el Señor quien los llama: “Sígueme". Se ha de descubrir el sentido más hondo de la búsqueda. Este encuentro debe renovarse constantemente por el testimonio personal.
b) La CONVERSIÓN : Es la respuesta inicial de quien ha escuchado al Señor con admiración, cree en Él por la acción del Espíritu, se decide a ser su amigo e ir tras de Él, cambiando su forma de pensar
y de vivir, aceptando la cruz de Cristo, consciente de que morir
al pecado es alcanzar la vida. En el Bautismo y en el sacramento
de la Reconciliación, se actualiza para nosotros la redención de
Cristo.
c) El DISCIPULADO: La persona madura constantemente en el conocimiento, amor y seguimiento de Jesús maestro, profundiza en el
misterio de su persona, de su ejemplo y de su doctrina. Para este
paso, es de fundamental importancia la catequesis permanente y la vida sacramental, que fortalecen y permiten que los discípulos misioneros puedan perseverar en la vida
cristiana y en la misión en medio del mundo que los desafía.
d) La COMUNIÓN : No puede haber vida cristiana sino en comunidad:
en las familias, las parroquias, las comunidades de vida consagrada, las comunidades de base, otras pequeñas comunidades y movimientos. Como los primeros cristianos, que se reunían en
comunidad, el discípulo participa en la vida de la Iglesia y en el
encuentro con los hermanos, viviendo el amor de Cristo en la vida
fraterna solidaria. También es acompañado y estimulado por la
comunidad y sus pastores. No pude existir cristianos aislados.
e) La MISIÓN : El discípulo, a medida que conoce y ama a su Señor, experimenta la necesidad de compartir con otros su alegría de
ser enviado, de ir al mundo a anunciar a Jesucristo, muerto y
resucitado, a hacer realidad el amor y el servicio en la persona
de los más necesitados, en una palabra, a construir el Reino de
Dios. La misión es inseparable del discipulado, porque el misionero es un manifestante al mundo del amor de Dios.