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Respuesta:
El siglo XX ha visto nacer en América Latina las más diversas interpretaciones de la realidad social, económica y política. Los distintos países y sociedades han dado cobijo a las ideas más dispares sobre lo que constituye su razón de ser, sus orígenes, su situación actual y su futuro. Nacionalismo, nacionalismo revolucionario, desarrollismo, socialismo y comunismo han sido referentes permanentes de acción sociopolítica; quienes los han abanderado no han sido sólo las élites intelectuales, sino amplios grupos sociales que se han movilizado, organizado y sacrificado en pro de la realización de los ideales prometidos.
No cabe duda de que en el siglo XX en América Latina, al igual que en Europa, miles de personas han sido sacrificadas ante el altar de las ideologías. Miles de vidas vieron truncadas sus aspiraciones de una situación personal y social más digna y humana, y otras muchas sacrificaron dimensiones esenciales de su vida personal para responder a las exigencias de la disciplina ideológica. Nacionalismo, nacionalismo revolucionario, desarrollismo, socialismo y comunismo son las matrices ideológicas que han orientado el quehacer sociopolítico de los hombres y las mujeres latinoamericanos en el siglo XX. Sin entender esas matrices ideológicas, difícilmente se entenderá el rumbo seguido por los países latinoamericanos a lo largo del siglo que está por finalizar, así como tampoco se entenderá la incertidumbre sociopolítica que caracteriza al momento histórico actual.
Cada una de las matrices ideológicas apuntadas, en su momento, fue operante y orientó la praxis sociopolítica de importantes grupos sociales. También en su momento entró en crisis y puso al descubierto sus debilidades más sustantivas. En la actualidad, estamos ante la crisis de la más importante ideología política del siglo XX: la comunista, la cual -ya fuese por aceptación o rechazo- dio lugar a las reacciones y a los compromisos políticos más radicales. La crisis de la ideología comunista, además, no ha supuesto, como en el pasado, la emergencia de una matriz ideológica alternativa, pues ella no sólo pretendió asumir lo mejor de las matrices anteriores, sino que se erigió como la última y definitiva propuesta de emancipación social, política y económica.
Explicación:
El imperialismo del fines del siglo XIX y comienzos del XX fue un proceso motivado
por diferentes razones, principalmente económicas y estratégicas, que arrojó como
consecuencia directa la explotación de millones de habitantes del tercer mundo, y
posteriormente, derivó en un conflicto bélico (resultado directo del imperialismo y de la
carrera armamentista europea de la época) de grandes proporciones entre las potencias
imperialistas de turno. El propósito de este análisis es mencionar y reflexionar en base al
camino que tomó este afán imperialista del siglo XIX y a los resultados que arrojó para el
curso de la historia del siglo XX.
Un mundo en el que el ritmo de la economía estaba determinado por los países
capitalistas desarrollados o en proceso de desarrollo existentes en su seno tenía grandes
probabilidades de convertirse en un mundo en el que los países “avanzados” dominaran a
los “atrasados”: en definitiva, convertirse en un mundo imperialista. Pero,
paradójicamente, el periodo transcurrido entre 1875 y 1914 se le puede calificar como era
del imperio no solo porque en el se desarrolló un nuevo tipo de imperialismo, sino también
por otro motivo ciertamente anacrónico. Probablemente fue el periodo de la historia
moderna en que hubo mayor número de gobernantes que se autotitulaban “emperadores”
o que eran considerados por los diplomáticos occidentales como merecedores de ese
titulo.
En Europa se reclamaban este titulo los gobernantes de Alemania, Austria, Rusia y
Turquía y (en su calidad de señores de la India) el Reino Unido. Dos de ellos (Alemania y
el Reino Unido/India) eran innovaciones del decenio de 1870. Compensaban con creces
la desaparición del segundo imperio en Francia de Napoleón III. Fuera de Europa, se
adjudicaba normalmente ese titulo a los gobernantes de China, Japón, Persia Etiopía y
Marruecos. En 1918 habían desaparecido cinco de ellos.
Respuesta:
hola
Explicación: