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Bolívar provenía de una de las mejores familias de la aristocracia venezolana. Era un gran propietario rural, tuvo un tutor particular, hizo el grand tour por Europa, como era costumbre en la nobleza de la época. San Martín, en cambio, era hijo de un oficial español de origen campesino, que nunca pasó del grado de capitán. Su madre, también española, era una vecina del pueblo de su padre, de recursos también limitados, aunque con algunos parientes en la burocracia colonial de Buenos Aires. Tuvo una formación adecuada para su posición y su época, pero sin lujos. Toda su vida vivió austeramente.
San Martín era un militar profesional, condecorado y con casi veinte años de experiencia antes de ofrecer sus servicios al estado argentino. Bolívar, como muchos otros héroes de la Independencia, tuvo que aprender el oficio sobre la marcha, con el conocido método de ensayo y error. Como resultado de eso, San Martín fue un jefe militar mucho más competente que Bolívar.
Además de conducir ejércitos, Bolívar fue un líder político. No tuvo miedo de meterse hasta el cuello en el barro de la política de varios países. Hizo enemigos que lo obligaron al destierro y fue la autoridad máxima en la Gran Colombia, en Perú y en el país creado bajo su nombre, Bolivia. San Martín, en cambio, carecía de toda ambición política. En Argentina solamente ocupó un cargo político, el de gobernador de Mendoza, durante un plazo relativamente breve. Su principal función como gobernador fue convertir a Mendoza en una economía de guerra, destinada al sostenimiento del Ejército de los Andes. Al margen de eso, su gobierno debió haber sido bueno, porque era entonces y es todavía hoy muy popular entre los mendocinos. En Chile rechazó el poder cuando se lo ofrecieron, porque no entró a ese país como conquistador, sino como libertador. En Perú ocupó el cargo de Protector por aproximadamente un año. Es recordado por una serie de medidas progresistas como la abolición de la Inquisición, del impuesto indígena, del yanaconazgo y de la esclavitud africana. También creó la Biblioteca Nacional. Varias de esas medidas fueron revertidas poco después por Bolívar.
Bolívar tenía el proyecto de una unión latinoamericana de estados y con ese objeto convocó al Congreso Anfictiónico de Panamá. San Martín, más realista, entendió que un estado semejante sería ingobernable. Por eso no intentó someter a ninguno de los países que liberó.
Ninguno de los dos héroes está libre de defectos, pero a San Martín no se le conocen agachadas vergonzosas como la entrega de Miranda a los españoles para obtener un salvoconducto. Tampoco fue sanguinario: nunca permitió nada parecido al Decreto de Guerra a Muerte de Bolívar.
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