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Adam Smith, cuando escribía en 1776, en un período de larga crisis económica, ya señaló el incremento de la oferta de dinero y de la deuda por créditos (que, según él, amenazaba con una cadena de bancarrotas) en respuesta al declive de las tasas de beneficios, y se lamentaba de las "terribles desgracias" que sufría lo que actualmente es la periferia del Tercer Mundo. Como todas las crisis económicas anteriores, la actual, que comenzó en 19671 también ha generado un enorme incremento de la oferta de dinero y de la deuda en el centro, así como un significativo aumento de la sangría de capital que sufre parte de la periferia de la economía mundial
Una sociedad de casino
A fin de mantener a flote la economía mundial durante la profunda y continuada crisis económica mundial que se originó frente a la crisis de la deuda del Tercer Mundo, la financiación de la deuda pasó a Estados Unidos. Allí, la deuda interna federal, municipal, empresarial y del consumo, así como la deuda externa, se elevó con mucha más rapidez que antes y por encima del PNB, en lo que Business Week denominó en 1985 "una sociedad de casino". A pesar de que Estados Unidos, en 1982, era el mayor acreedor del mundo, en 1985 se había convertido en el mayor deudor; para 1987, su deuda externa excedía a la de toda Latinoamérica, y para 1990 es probable que su deuda sea mayor que la de todo el Tercer Mundo. Los títulos de libros y artículos de alguna de las figuras del establishment estadounidense resumen la situación: 'Al borde del desastre', de Felix Rohatyn, analista financiero de Nueva York, en New York Review of Books, La mañana después', del antiguo secretario de Comercio de Estados Unidos Peter Petersen, en Atlantic Monthly; el libro) del comentarista financiero de The Wall Street Journal Alfred Malabre, hijo, Más allá de nuestros medios".
*La ruleta americana
En el mundo occidental, la crisis de la deuda ha beneficiado a los grandes bancos a expensas de los pequeños (que fueron sacrificados en aras de los grandes), de la industria (que perdió mercados de exportación), de los trabajadores (que perdieron empleo en las industrias de exportación) y, sobre todo, de los campesinos de Estados Unidos (que perdieron mercados de exportación y tuvieron que competir con unas mayores exportaciones del Tercer Mundo a precios bajos). Jugar la ruleta americana en el casino mundial también ha beneficiado a algunos consumidores estadounidenses y a algunos empresarios, sobre todo en el sector de defensa, a expensas de los japoneses y europeos, que han tenido que financiar el déficit comercial y presupuestario de Estados Unidos