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Respuesta:El éxodo masivo de peruanos hacia las diferentes regiones del país continúa. En los últimos días, centenares de personas buscan llegar a sus lugares de origen como Piura, Apurímac, Cusco, San Martín, entre otros.
El hambre y la salud es la encrucijada que estos compatriotas deben sortear: caminan porque necesitan alimentarse. En Lima ya no encuentran oportunidad alguna de trabajo y los ahorros se acabaron.
Al menos en la provincia tienen sus familias y sus hogares, que los esperan para empezar, quién sabe, una nueva vida, forzados por la pandemia.
Tampoco han sido beneficiados con el subsidio estatal. El bono solidario de 760 soles que tiene programado el Gobierno se dará en los lugares de domicilio registrado, donde ellos ahora ya no permanecen.
Por ahora les toca aguardar a los lados de las vías o en las adyacencias del aeropuerto o en alguna de las plazas donde se han formado refugios temporales.
Cerca de 170 000 peruanos permanecen durmiendo literalmente en la calle a la espera de una solución.
Las regiones también juegan su papel: muchas no están en la capacidad de recibir a tal cantidad de personas. Muchos ya tienen el coronavirus y deberán pasar dos semanas de cuarentena previa, pero no hay capacidad para recibirlos y confinarlos por un tiempo.
La condición de los hospitales también es precaria, por lo que la situación se complica considerablemente y los expone a peligros.
Pero nada de esto amilana a los peruanos que quieren, a como dé lugar, llegar a sus tierras donde al menos sienten que algo les pertenece y donde creen que pueden, de alguna manera, volver a empezar en medio de la crisis.
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