¿Qué dones del Espíritu Santo necesitamos para afrontar la crisis sanitaria? ¿Por qué? dos explicaciones Ayuden Pliss):
Respuestas
Respuesta: Es por ello que la meditación de los cristianos se dirige muy pronto al Espíritu, ese Aliento santo que anima a Jesús y que puede también, según nos promete Cristo, animarnos a nosotros, como lo hizo el día de Pentecostés cuando transformó a los discípulos atemorizados en testigos impetuosos y divulgadores de la resurrección, dispuestos a todas las audacias y a todas las adversidades.
En esta meditación sobre el hombre animado por el Espíritu, se impone una figura, la de David, precursor real del Mesías. “Un brote saldrá del tronco de Jesé, un vástago surgirá de sus raíces. Sobre él reposará el espíritu del Señor, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor” (Isaías 11, 2).
A esta lista bíblica de dones del Espíritu se añade la piedad, sin duda para llegar al número siete, que simboliza la perfección y significa, en este caso, la nueva creación. Porque, en el fondo, es la principal lección de esta enumeración de los dones del Espíritu. Dios nos precede siempre; sin él no podemos hacer nada, pero con él, “nada es imposible”.
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