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No existe una forma única de envejecer y este proceso depende de un gran número de factores. Aunque al analizar las cifras podemos encontrar algunas regularidades que permiten realizar análisis y focalizar los recursos.
Una de estas focalizaciones está en el programa Condominio de Viviendas Tuteladas, que apunta a que personas mayores en situación de vulnerabilidad autovalentes, que requieren de una solución habitacional y de servicios de apoyo y/o cuidado, accedan a una solución integral a través de la oferta pública, para lo cual se consideran sus condiciones de funcionalidad y/o niveles de dependencia
Respuesta:
No existe una forma única de envejecer y este proceso depende de un gran número de factores. Aunque al analizar las cifras podemos encontrar algunas regularidades que permiten realizar análisis y focalizar los recursos.
Una de estas focalizaciones está en el programa Condominio de Viviendas Tuteladas, que apunta a que personas mayores en situación de vulnerabilidad autovalentes, que requieren de una solución habitacional y de servicios de apoyo y/o cuidado, accedan a una solución integral a través de la oferta pública, para lo cual se consideran sus condiciones de funcionalidad y/o niveles de dependencia.
Este programa promueve las capacidades sanas o remanentes de los usuarios y usuarias, procurando evitar o retardar el deterioro. Asimismo, propicia elementos que refuercen la identidad, la autonomía y la pertenencia de las personas mayores, en el marco del enfoque de derechos, tanto en la atención directa como en las estrategias de integración sociocomunitaria y sociofamiliar.
Esta política surgió debido a que un grupo de personas mayores presentaba problemas habitacionales. Por lo tanto, la principal problemática a resolver era la deficiencia habitacional.
Por otra parte, el estar enfocado a personas autovalentes apunta a favorecer un envejecimiento activo, orientado a la autodeterminación. Es decir que, al convivir en un condominio, con personas en situación similar es posible generar vínculos de colaboración, de apoyo mutuo, de soporte social, etc.
Además, facilita la implementación de actividades que favorezcan la mantención de las capacidades funcionales. Sin embargo, el abandonar el lugar donde, tal vez, estuvo durante muchos años, donde existe un inmenso vínculo emocional, cargado de vivencias y experiencias ancladas a este lugar, puede ser traumático, lo cual podría dar como resultado resistencia al cambio, problemas de adaptación, dificultades para reconstruir vínculos, especialmente, si la nueva vivienda está alejada geográficamente de su vivienda original.
Entonces, todo lo bueno, que en el papel ofrece el programa de vivienda tutelada, podría verse interferido por los mismos elementos que intenta subsanar. Es importante considerar este punto de vista.
Explicación: