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Europa aún es la primera potencia mundial
El desconocimiento generalizado sobre Europa supone, por ejemplo, que los ciudadanos no sepamos que la Unión sigue siendo todavía la primera potencia mundial por delante de los Estados Unidos. Decimos todavía porque puede dejar de serlo si no se resuelven los graves problemas que la aquejan y que solo afloran discretamente en esta campaña electoral. La realidad de esta potencia la definen tres datos: solo el 7 % de la población mundial vive en los países de la Europa comunitaria; sin embargo, contribuimos creando la cuarta parte de la riqueza del planeta. Y esta Europa nuestra, que Dios nos la conserve, gasta la mitad del dinero que en el mundo se destina a bienestar social. Hay que extender esa protección solidariamente a otros, pero también evitar que se recorten los derechos que disfrutamos, y que no sabemos valorar.
Estas cifras enmarcan una situación positiva, pero encierran profundos retos que no se sabe cómo afrontarlos. Por ejemplo, el paro desbocado, que afecta especialmente a jóvenes que nunca lograron salir de casa para trabajar.
En la Unión, cerca de seis millones de personas entre 15 y 25 años están en esa situación y una parte de los casi 19 millones de jóvenes que sí trabajan lo hacen en condiciones de temporalidad y precariedad. En todos los programas electorales se habla de este asunto, pero el Gobierno europeo tiene pocos recursos para que las promesas se cumplan. Recursos escasos, pero, además, pocas ideas para encontrar soluciones. Según el exeurodiputado Jaime Mayor Oreja, «somos la primera economía del mundo, la que comercia más, pero también el escenario en el que la crisis golpea más. Aun así -sostiene- tenemos la sociedad más justa pero el mayor de los problemas». El ministro alemán de Finanzas, y antes de Interior, Schäuble, del que se dice que manda sobre Europa y sobre la propia Angela Merkel, diagnosticó ante Mayor Oreja que «el problema de los europeos es que hace tiempo que no sabemos lo que son los problemas y hemos creado una generación de ciudadanos que no sabe afrontar los problemas». No es un juego de palabras. Se difuminó, además, la cultura del esfuerzo, que fue la base para la construcción europea. Con ese desafío de fondo y con el riesgo de dejar de ser la primera potencia mundial, cuesta comprender la apatía hacia las elecciones del próximo domingo. Sin duda, esto es el resultado, además de esa voluntad acomodaticia y del desencanto, de la falta de información practicada por el Gobierno europeo, que se refleja en los sistemas educativos de los 28 países socios. Y la debilidad de la educación cívica favorece el ascenso de partidos xenófobos, ultraderechistas y antieuropeos que, previsiblemente, serán más fuertes dentro de muy pocos días. Las encuestas son alarmantes y en Francia se teme que el primer partido, después del 25 de mayo, sea el Frente Nacional de Marine Le Pen. Y que los antieuropeos lo sean en el Reino Unido. En esta campaña electoral, que rezuma debates básicamente sobre problemas internos, ha habido, en el caso español, un suceso muy perturbador. El asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, conmocionó a la ciudadanía y paró la campaña. Pero hay quien estima que hubiera podido ser aún peor.
Respuestas
Europa sigue siendo la principal potencia mundial
Por ejemplo, la ignorancia general de Europa significa que los ciudadanos no saben que la Unión sigue siendo la primera potencia mundial antes de los Estados Unidos. Todavía estamos diciendo por qué puede detenerse cuando no se resuelven los graves problemas que le preocupan y que solo surgen discretamente en esta campaña. La realidad de este poder se define por tres fechas: solo el 7% de la población mundial vive en los países de la Comunidad Europa; Sin embargo, ayudamos creando una cuarta parte de la riqueza del planeta. Y esta Europa nuestra, que Dios nos salve, gasta la mitad del dinero en el mundo dedicado al bienestar social. Debemos extender esta protección a otros en solidaridad, pero también evitar reducir los derechos que disfrutamos y que no podemos apreciar.
Estos números representan una situación positiva, pero contienen desafíos profundos que no podemos enfrentar. Por ejemplo, el desempleo fuera de control, que afecta particularmente a los jóvenes que nunca han logrado salir de la casa para trabajar.
Alrededor de seis millones de personas entre 15 y 25 años se encuentran en esta situación en la Unión, y algunos de los casi 19 millones de jóvenes que trabajan lo hacen en condiciones temporales y precarias. Este tema se discute en todos los programas electorales, pero el gobierno europeo tiene pocos recursos para cumplir sus promesas. Recursos escasos, pero también pocas ideas para encontrar soluciones. Según el ex diputado Jaime Mayor Oreja, «somos la primera economía del mundo en actuar más, pero también la fase en la que la crisis nos afecta más. Sin embargo, afirma, tenemos la sociedad más justa, pero el mayor problema ». El ministro de finanzas alemán y antes del ministro del interior Schäuble, de quien se dice que gobierna Europa y del propio Angela Merkel, diagnosticaron al alcalde Oreja que "el problema con los europeos es que no hemos sabido qué es eso desde hace mucho tiempo". Problemas y creamos una generación de ciudadanos que no saben cómo lidiar con los problemas ». No es un juego de palabras. La cultura de los esfuerzos que formaron la base para la construcción europea también se ha desdibujado. Dado este desafío fundamental y el peligro de dejar de ser la principal potencia mundial, es difícil comprender la apatía hacia las elecciones del domingo. Sin duda, esta voluntad complaciente y desilusión es el resultado de la falta de información que practica el gobierno europeo y que se refleja en los sistemas educativos de los 28 países socios. Y la debilidad de la educación cívica favorece el surgimiento de partidos xenófobos, de extrema derecha y antieuropeos, que probablemente se fortalezcan en unos días. Las encuestas son alarmantes y existen preocupaciones en Francia de que la primera parte después del 25 de mayo será el Frente Nacional de Marine Le Pen. Y que los antieuropeos están en el Reino Unido. Hubo un evento muy preocupante en el caso español en esta campaña, que esencialmente está debatiendo problemas internos. El asesinato de la presidenta del Consejo Provincial de León, Isabel Carrasco, conmocionó al público y detuvo la campaña. Pero algunos creen que podría haber sido peor.
Son palabras completamente diferentes, espero te sirva y me des corona:)