Respuestas
Respuesta:
Explicación:La Cristiandad estuvo unida hasta mediados del siglo XII D.C. La Fe Cristiana confesada y explicada por los Concilios Ecuménicos (Sínodos) fue la misma sin sufrir alteración, tanto en el oriente como en el occidente, en otras palabras: la Europa Occidental fue también Ortodoxa. Todos los Obispos del Oriente y del Occidente participaron en los 7 Concilios Ecuménicos, al mismo nivel, y ninguno de ellos pretendió la totalidad de la Iglesia. Por lo tanto, todas las decisiones de los Concilios Ecuménicos fueron formados en común acuerdo, y no fue arbique hasta principios del siglo IX cuando en el Occidente se empezó a introducir ciertas innovaciones concernientes a los principios dogmáticos y eclesiológicos.
1.- El Dogma de la Supremacía Papal:
La causa principal de la separación (cisma) entre Oriente y Occidente, fue una demanda infundada del Papa Nicolás I (858-867), Obispo de Roma, para tener supremacía jurídica y ser considerado por lo tanto superior a todos los demás Obispos, tanto en Oriente como en Occidente. Esta demanda monárquica, claro está, tuvo que ser disputada en aquellos días por el Arzobispo Himcart asistido por argumentos basados en las Leyes Canónicas de la iglesia de la Ciudad de Reims (Vlasslos Fidas: “Historia Eclesiástica”, Atenas 1973, pag. 75).
Esta demanda del Obispo de Roma, que dada desde el siglo IX, no estuvo basada en la Tradición Apostólica, confesada y evidenciada por la totalidad de la Iglesia desde sus primeros días. Para resolver problemas importantes de carácter doctrinal o disciplinario, todos los Apóstoles se reunían en Sínodo (Consejo), y juntos ayunaban, rezaban, y tomaban decisiones inspirados por el Espíritu Santo: “Entonces pareció bien a los Apóstoles y Presbíteros, con toda la Iglesia” (Hechos 15:22).
“Porque ha parecido bueno para el Espíritu Santo y para nosotros” (Hechos 15:28).
Este sistema, llamado Sinódico o Conciliar, ha permanecido intacto en la Iglesia Ortodoxa Griega hasta la actualidad, ningún Obispo se considera superior a otro. El Patriarca Ecuménico de Constantinopla, es considerado (“primus inter pares” entre iguales, por lo tanto, esta primacía de honor no le otorga derecho a decidir separadamente de otros Obispos).
Además de no poseer supremacía, el Papa tampoco posee infabilidad, la totalidad de la Iglesia y se manifiesta en los Concilios Ecuménicos que han sido reconocidos por todos (Clero y Laicos), conforme al texto sagrado: “Entonces pareció bien a los Apóstoles y Presbíteros, con toda la Iglesia”.