• Asignatura: Religión
  • Autor: josehernancie
  • hace 7 años

A. ¿Cuál es nuestra actitud ante la enfermedad y el sufrimiento?
B. ¿Aprecias el valor y dignidad de los niños que vienen al mundo?
C. ¿Estás de acuerdo con matar a los enfermos terminales?

Respuestas

Respuesta dada por: SANDER21
7

Respuesta:

A) miedo y terror

B)si lo aprecio mucho y estoy en contra del aborto

C) no , no estoy de adecuerdo con acabar la vida de una persona inosente y enferma que no tiene fuerzas para luchar por su vida

Explicación:

espero te sirva :3


josehernancie: muchas gracias
Respuesta dada por: fabriziocosio2008
4

Respuesta:

Es de tristeza  

El sufrimiento acompaña al ser humano a lo largo de toda la vida. Las causas del sufrimiento son infinitas: enfermedades, injusticias, violencias, guerras, fracasos, calumnias, catástrofes naturales, etc.

  Dicho de otro modo: el mal/sufrimiento asume formas infinitas a nivel individual: físico, psíquico, moral; a nivel social: guerras, genocidios, violencias, opresiones, injusticias etc.; y a nivel cósmico: terremotos, inundaciones, huracanes, etc. No existe el mal/sufrimiento abstracto, sino sólo y siempre en unas relaciones históricas concretas.  

El sufrimiento podemos decir que es la experiencia humana del mal. Lo que llamamos “mal” es la experiencia humana del fracaso de vivir con gozo, con alegría. Si mi deseo de vivir fracasa con tanta frecuencia por enfermedad, por pérdida de personas queridas, por destrucciones, por guerras, por opresiones e injusticias y, al final, por la muerte, ¿puedo seguir diciendo que tiene sentido no sólo el vivir, sino incluso el deseo de vivir?.  

El mal/sufrimiento, entonces, es escándalo, problema, interrogante sobre el sentido de la existencia humana. No se trata de superar, vencer o eliminar el mal/sufrimiento, sino más bien de cómo pasar del sin-sentido al sentido del vivir humano. El problema no atañe sólo al mal/sufrimiento en sí mismo, sino especialmente a la relación del hombre con el sentido de la vida, es decir, con Dios. Así pues no se trata de explicar el sufrimiento, ni mucho menos de mostrar su sensatez, sino de encontrar un sentido para el hombre que se ve torturado por él. No se trata de comprenderlo sino de comprender qué sentido tiene la existencia humana atravesada por el mal/sufrimiento.  

No es lo mismo dolor que sufrimiento. Llamamos dolor al padecimiento corporal, físico; y sufrimiento al padecimiento anímico, sin olvidar que repercute el uno en el otro. Podemos, pues, decir que el sufrimiento lo experimenta la persona, no simplemente el cuerpo. El sufrimiento abarca el dolor físico, corporal, pero en modo alguno se limita a él. Después de lo dicho hemos de afirmar sin      

rodeos que el dolor, el sufrimiento es un misterio: el misterio del hombre pecador y Dios creador. No podemos entender que Dios Padre, que ama a los hombres, permita que sufran.

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