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Explicación:
Moho es el término que se utiliza comúnmente para describir una sustancia de aspecto aterciopelado, originada por hongos, que crece en los materiales orgánicos, especialmente en presencia de humedad y de descomposición de los mismas. Los hongos son parte de una variedad de microorganismos parasitarios que se alimentan de organismos vivos o de materias orgánicas muertas.
El término Moho también se utiliza de forma genérica para describir una variedad de microorganismos, además de los hongos, tales como las algas, óxido, levadura y bacterias, que provocan deterioros en los objetos de museo. Estos microorganismos producen manchas irregulares que pueden dañar un objeto permanentemente. Las personas que tienen a su cargo las colecciones deben ser capaces de reconocer la presencia del problema y de estar preparadas para tomar las acciones preventivas necesarias.
Los microorganismos
Los hongos son organismos mono-celulares que no necesitan de la energía proveniente de la luz para crecer. Los hongos producen grandes cantidades de esporas microscópicas que están siempre presentes en el ambiente y que se esparcen mediante corrientes de aire. A menudo repelen el agua y son resistentes a la desecación. El frío y/o el calor extremos pueden destruirlos. Las esporas germinan cuando encuentran un ambiente favorable. Lo que constituye un ambiente favorable varía para cada especie. Después de alojarse en el material receptor, las esporas deben contar con la humedad suficiente para germinar y alimentarse. De no haber humedad, las esporas permanecerán inactivas hasta que se presenten las condiciones favorables para su desarrollo. Por esta razón es importante controlar las condiciones medio ambientales existentes en los depósitos en los que los museos almacenan sus colecciones o donde las exhiben al público. El Manual para Museos del Servicio Nacional de Parques (National Park Service Museum Handbook, Part I (Rev. 9/90) Chapter 4 - (Manual de Museos, Parte I, Rev. 9/90, Capitulo 4, del Servicio Nacional de Parques) -- recomienda que la temperatura no debe exceder de 240C (750F) y la humedad relativa no debe ser superior al 65%. Estos son los niveles máximos, y sólo reducen las posibilidades de desarrollo de los microorganismos sin eliminar la amenaza de su presencia. Algunos microorganismos pueden desarrollarse en temperaturas mucho más bajas y a un menor grado de humedad relativa. Algunos materiales deben ser almacenados con unos niveles bajos de humedad relativa para prevenir la presencia de microorganismos. Ver el Manual de Museos del NPS, Part I (Rev. 9/90) cuadro 4.3, que muestra los niveles de humedad relativa ideales para diversos materiales y objetos que mantienen en sus colecciones.
NOTA: Algunas especies de microorganismos pueden provocar problemas de salud en forma de irritación crónica de los pulmones. Los materiales infectados deben manejarse con extremo cuidado, usando máscaras-filtros con respiradores especiales y guantes desechables. (Ver igualmente Conserve O Gram 16/1)
Materiales susceptibles al ataque de moho
Los microorganismos necesitan materiales orgánicos para alimentarse y, por lo tanto, los objetos que contienen materiales orgánicos están potencialmente amenazados. Los materiales de naturaleza celulósica tales como el algodón, el lino, el papel y la madera, así como los materiales proteínicos como las pieles y las telas de crin, son especialmente susceptibles de ser atacados directamente por microorganismos.
Los materiales que se consideran inhóspitos, tales como los plásticos, no son inmunes al crecimiento de hongos aunque los biólogos no han podido precisar en que modo permiten su desarrollo. Ciertos ácaros se alimentan de hongos y pueden introducir las esporas en materiales normalmente resistentes. A medida que los ácaros mueren se convierten, a su vez, en alimento de una nueva colonia de hongos. Esta habilidad de sobrevivir en casi cualquier material caracteriza a los microorganismos como agentes primarios de deterioro.