¿Cuál es el conflicto principal de la obra “La metamorfosis” y cómo se resuelve? NECESITO LA RESPUESTA URGENTE.
Respuestas
Respuesta:Kafka, en su novela La metamorfosis, nos cuenta la historia de un buen hijo que se transforma en un casi escarabajo. El hijo con su trabajo mantenía a su padre, madre y hermana, pero al pasar a su condición de raro insecto se convierte en una pesadilla para su familia. Algo parecido ha sucedido con el actual régimen.
La agenda popular nacional construida desde el año 2002 fue perdiendo contenidos. Del gobierno del bien común se transformó en el gobierno de las facciones rentistas, dirigentes de los movimientos sociales, cuyo objetivo es reproducir su espacio de poder y usufructo, y también de ciertos conglomerados oligárquicos pragmáticos que han recibido obras y recursos. Se transformó en un gobierno del capitalismo de camarillas, extractivista y conservador.
Se debilita profundamente el Estado Plurinacional al negar el derecho de los pueblos indígenas a la consulta, se vulneran los derechos de la madre tierra arrasando la normativa que protege a los territorios indígenas y parques nacionales, y, lo que es más grave, se desconoce la voluntad popular expresada el 21F y la Constitución Política del Estado.
La metamorfosis del régimen cabalgó en la comprensión del conflicto como guerra. Visión que efectivamente le dio réditos cuando al inicio del gobierno, sectores conservadores utilizaron la violencia para enfrentar el proceso de cambio; sin embargo, una vez derrotada ésta y con un amplio apoyo -con votaciones que van por el 60%- y una cantidad ingente de recursos, no supo cambiar de estrategia para construir hegemonía a través del diálogo y el consenso.
Desde Caranavi, donde el actual nombrado delegado adjunto a la Haya, en ese tiempo Ministro de Gobierno fue responsable de las muertes de pobladores, pasando por Chaparina donde la marcha en defensa del TIPNIS fue reprimida (con la provocación montada por una agente policial de inteligencia que dirigió el “secuestro” del ministro Choquehuanca); atravesando por la muerte de cooperativistas en diversos conflictos ; pasando por la vía crucis que tuvieron que soportar los discapacitados golpeados y azotados por chorros de agua fría de los carros cisternas; y finalmente, con la represión a los médicos y el ingreso de los policías a la iglesia de San Francisco para golpear y detener a los estudiantes que buscaban asilo en ese lugar religioso, se puede seguir el itinerario de la violencia privilegiado por el régimen.
La guerra -a diferencia de la política- tiene el objetivo de eliminar al enemigo. No necesita de construir confianza, pues para conseguir sus objetivos se engaña y se miente de manera sistemática, cuando no se judicializa la política con la amenaza de la cárcel al que piensa diferente.
Esa visión autoritaria que desecha la política se impuso en el régimen, por eso es común que ante cualquier demanda sindiquen ésta como política, negando el derecho legítimo de todo ciudadano de hacer política en democracia.
Esta visión fue alimentada al interior del Gobierno por los radicales de varios frentes, tanto de la derecha como de la supuesta izquierda radical. Ambos, en una alianza de extremos, desplegaron operaciones psicológicas que se basan en el odio y el racismo; volviendo a polarizar e intentando dividir al país. Esa corriente se impuso en el gabinete, derrotando percepciones dialógicas, que comprenden que la política es el arte de construir gobernabilidad, fundamental en democracia.
Aún más, el único remedio conocido hasta ahora para prevenir los conflictos es una apropiada política pública que responda a la demanda ciudadana. Por el contrario, el gobierno cuando aprobó su Código del Sistema Penal declaró la guerra a la población porque reforzaba la visión autoritaria que privilegia al Estado por encima del ciudadano. ¿Código premeditado? ¿Ineficacia de los funcionarios ineptos? ¿Manía de algún cerebro negro que está detrás del manejo total de la justicia? ¿Estupidez de los legisladores?
La movilización popular ha obligado al régimen a retroceder temporalmente y derogar su código; sin embargo, toda esa trayectoria pone en evidencia la triste historia del caudillo y la metamorfosis del régimen.
Gregorio Lanza es economista con maestrías en políticas públicas y exresponsable de Prevención
y Atención de Conflictos de la Defensoría del Pueblo.
En tiempos de cuarentena y restricciones usted necesita estar bien informado. Por eso, Página Siete pone temporalmente a su disposición de forma gratuita, nuestra edición de papel en versión digital. Para verla haga clic aquí.
Este servicio, con contenidos especiales y enfoques propios de las principales noticias del día, será parte de la App que lanzaremos próximamente.
Explicación: