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Competitividad y competencia son conceptos a menudo muy vinculados en el mundo de las empresas y de la economía. Ambos exigen un gran esfuerzo por parte del individuo y suelen aparecer de manera conjunta: por lo general para ser competitivo se necesita tener un mínimo de competencia, a la vez que a menudo es posible mejorar la competencia en una tarea mediante la competición con los demás.
Pero como ya hemos mencionado, y como puede extrapolarse a partir de sus diferentes definiciones, ambos conceptos tienen algunas diferencias clave que los distinguen. Entre ellas, algunas de las diferencias principales son las siguientes.
1. Focalización en la tarea vs en los demás
Una de las diferencias más marcadas entre competitividad y competencia se puede encontrar en el objeto de focalización de la persona.
La competitividad implica poner el foco en lo que hacen los demás y en la comparación del propio rendimiento con respecto a estos. Se mira la posición que tenemos respecto a los demás.
La competencia, por el contrario, se centra más bien en la tarea a acometer, siendo el desempeño en la actividad lo que marcará el nivel de competencia.
2. Objetivos diferentes
También el objetivo de la competencia y la competitividad es diferente.
El objetivo de la competencia es principalmente el acercamiento a la meta u objetivos propuestos, procurando únicamente hacer la tarea de manera eficiente y en todo caso mejorar la propia habilidad.
En el caso de la competitividad lo que se busca es quedar por encima o ser superior al resto, independientemente de cuál sea el desempeño o nivel de competencia individual. Es decir, es una voluntad de superación relativa a lo que están haciendo los demás.
3. Punto de vista
Los conceptos de competencia y competitividad pueden hacer ambos referencia a la existencia de una situación de conflicto entre personas o grupos, pero lo hacen desde posiciones diferentes.
La competitividad hace referencia a la actitud o manera de actuar que toma una persona con respecto a aquellas que considera sus rivales. Así, es un concepto que pone el foco en un elemento individual, dejando de un lado el resto de las partes que intervienen en un contexto de competición.
La competencia, cuando se entiende desde la acepción de conflicto o disputa, hace referencia a la situación o la existencia de “otros” con los que competir, más que a la actitud que se toma respecto a ello. Por consiguiente, describe un contexto general en el que hay muchos agentes interactuando entre sí, y no se centra en un individuo (sea persona o empresa).