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Introducción
El lector ya habrá podido darse cuenta que en estos textos es necesario considerar y reflexionar sobre los conceptos del “ser, su esencia y existencia” construidos en lo que denominamos “espíritu o el alma” (soplo vital o vida), conceptos que se desarrollaran en forma sucinta. De acuerdo a como los concebimos para articularlos con las clases de pensamientos y en especial conectarlos con las ideas mágicas, las creencias y la fe, la fantasía consciente e inconsciente en relación al concepto de Dios, la espiritualidad en las religiones, el espiritualismo. E hombre como posibilidad de libertad y finalmente el misticismo. Para iniciar estos textos es fundamental hacer alusión a lo que se entiende como “ser” para luego ocuparnos de su esencia y existencia.
El ser
Por milenios, desde Parménides, Sócrates, Platón, Aristóteles, se ha presentado la pregunta: ¿qué es el ser? El término ser. Opera como verbo auxiliar o sustantivo (que afirma o niega el atributo o se refiere al valor o al estar, suceder, corresponder, formar y tener); junto con el sustantivo, puede participar como adjetivo o participio.
Recuérdese aquí lo básico en la lingüística, de cómo opera el sujeto, el verbo y el predicado con sus adjetivos; de ahí que los filósofos desde Sócrates, Aristóteles y Platón hicieron la diferencia del “es” como un predicado; por ejemplo, “Homero es poeta” u “Homero es”; he ahí una diferenciación para definir “¿qué es Homero?”, o simplemente plantear “qué es” (aquí vendría la afirmación simple de que Homero es Homero).
En todas las definiciones sobre el “ser”, hay una serie de diferenciaciones y distinciones entre sus significados; por ejemplo, Santo Tomás en la “Suma Teológica” (Tomas de Aquino, 2001), se refiere a: “el ser tiene dos sentidos, pues una vez
significa el acto de existir y otra la unión que haya en entendimiento entre los dos términos de una proposición cuando compara el predicado con el sujeto” (Abbagnano, 1997).
Explicación paso a paso: