Respuestas
Cuando un poeta (por ejemplo, D. Vasiljev) exclama apasionadamente: “¡Oh, soy un hombre! ¡Un hombre!”, o cuando lamenta
con pesar: “Oh, ¿cuándo el hombre no es un hombre?”, ¿está divagando incoherentemente? ¿O bien, está manifestando algo pleno de
sentido?
Si este poeta está diciendo disparates, también todos nosotros los
repetimos constantemente. Casi a diario ensalzamos alguna persona
afirmando que es un hombre y reprochamos a alguien el que no lo
sea. Al leer el periódico, lloramos de indignación ante el acto inhumano de una madre que abandona a su hijo y manifestamos nuestra
repulsa ante el proceder inhumano de algunos colonialistas en África.
Criticamos la sociedad contemporánea que, a pesar de sus formas
civilizadas, deshumaniza al hombre, y la comparamos con el socialismo como sociedad en la que el hombre se realiza a sí mismo y en
la que las relaciones entre los hombres devienen humanas. Discutimos si la sociedad contemporánea es dueña o esclava de la tecnología y nos preguntamos qué aportan al hombre los vuelos cósmicos y
el descubrimiento del californio.