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Respuesta:
creencia, profesión y acciones, consecuente al encargo de su representación en la Tierra, según la voluntad de Dios. La fe tiene dos aspectos: reconocer y afirmar que hay un Creador del universo y solo se debe adorar al Creador.
Explicación:
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Querer a todo el mundo es difícil. Aunque no para todos. No lo es para aquellos de quienes exclamamos: «¡qué buena persona es!» Las buenas personas lo son para todos porque todos nos sentimos queridos por ellos. Pero hay algo más difícil aun que querer a todo el mundo: comprender, respetar, a uno solo. Con buena voluntad se llega lejos. No basta, empero, la buena voluntad para entendernos con los más cercanos. Los más cercanos son aquellos a quienes mejor creemos conocer y peor conocemos. Lo supo bien el evangelista Juan, cuando evocaba la perplejidad de los vecinos de Jesús: «¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?».
La distancia entre un hombre y su próximo es tan grande que no basta la buena voluntad para salvarla. La vida nos sorprende siempre en los más cercanos. Por eso la Iglesia sigue proponiéndonos a nosotros el mismo mensaje que Juan puso en labios de Jesús: el mensaje de la fe.
La fe llega allá donde la buena voluntad no puede: a la puerta del más cercano. Dios, al encarnarse en su Hijo, quiso ser esa puerta: «Yo soy la puerta», dice Jesús. Lo fácil es asaltar el rebaño de Cristo, todo él presente en una sola, en la más descarriada de sus ovejas. Lo fácil es creer que ya conocemos a los demás y aun a Dios. Es más fácil enseñar que aprender. Por eso la Iglesia nos propone un camino difícil, el único, sin embargo, capaz de salvar la distancia que nos divide: el camino de la fe. Una fe sin camino, esto es, sin escucha, sin reflexión compartida, no ha sido nunca la fe de los cristianos. Ahora bien, ¿no es precisamente esta clase de fe la que hoy abunda?
Explicación:
!Espero que les sirva xd !