1. ¿Por qué se dice que el estilo valorativo influye en la intensidad de las emociones? ¿Qué es la teoría de la valoración automática? Explica.
2. ¿Qué relación encuentras entre inteligencia emocional y valores? ¿Por qué?
3. Según Daniel Goleman. ¿En qué consisten las competencias de la inteligencia emocional? Ejemplifica.
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Se dice que el estilo valorativo influye en la intensidad de las emociones porque las condiciona a la aplicación previa o automática de juicios de valor.
La teoría de la valoración automática es aquella que sostiene, a grosso modo que, se tiende a jerarquizar las emociones frente a las distintas situaciones o experiencias vivenciales en atención a las evaluaciones preestablecidas que generan o provocan una respuesta emocional similar para estímulos o eventos similares. Siendo que las emociones alteran la atención y las conductas de los individuos, la valoración automática activa la memoria para buscar en ella, como en un archivo, las respuestas más adecuadas en cualquier interacción, de hecho, las provoca siguiendo un patrón prefijado de respuesta.
La relación más obvia entre la inteligencia emocional y los valores es la que se desprende del aprendizaje conductual para manejar mejor y adecuadamente nuestras relaciones; porque tanto en la inteligencia emocional como en la fijación de valores, está presente un proceso de formación que nos sienta las bases para la adquisición de destrezas, habilidades, actitudes y comportamientos que se corresponden en una buena parte, con las bases valorativas internalizadas desde nuestros hogares, nuestras respectivas familias o nuestro entorno más inmediato.
Para Daniel Goleman, el desarrollo y crecimiento de la inteligencia emocional da origen (en los individuos que aprenden a manejarla) a las siguientes competencias:
- La capacidad de automotivación;
- La perseverancia;
- El autocontrol;
- La empatía;
- La comprensión;
- El positivismo;
- El bienestar;
- El equilibrio;
- La motivación; y
- La comunicación adecuada con las habilidades sociales desarrolladas por los individuos.
Un ejemplo de la aplicación de la inteligencia emocional y los valores automáticamente adosados en nuestro interior, mediante un procedimiento que dará como resultado una reacción automática aprehendida, está presente en nuestras relaciones laborales.
En ellas (nuestras relaciones laborales) observamos la perfecta sinapsis entre lo que recibimos y hacemos propios como valores y la proyección al exterior de todo lo aprendido respecto de nuestras emociones, que derivan a la postre en una mejor dotación emocional para la resolución de conflictos vivenciales o internos.
La teoría de la valoración automática es aquella que sostiene, a grosso modo que, se tiende a jerarquizar las emociones frente a las distintas situaciones o experiencias vivenciales en atención a las evaluaciones preestablecidas que generan o provocan una respuesta emocional similar para estímulos o eventos similares. Siendo que las emociones alteran la atención y las conductas de los individuos, la valoración automática activa la memoria para buscar en ella, como en un archivo, las respuestas más adecuadas en cualquier interacción, de hecho, las provoca siguiendo un patrón prefijado de respuesta.
La relación más obvia entre la inteligencia emocional y los valores es la que se desprende del aprendizaje conductual para manejar mejor y adecuadamente nuestras relaciones; porque tanto en la inteligencia emocional como en la fijación de valores, está presente un proceso de formación que nos sienta las bases para la adquisición de destrezas, habilidades, actitudes y comportamientos que se corresponden en una buena parte, con las bases valorativas internalizadas desde nuestros hogares, nuestras respectivas familias o nuestro entorno más inmediato.
Para Daniel Goleman, el desarrollo y crecimiento de la inteligencia emocional da origen (en los individuos que aprenden a manejarla) a las siguientes competencias:
- La capacidad de automotivación;
- La perseverancia;
- El autocontrol;
- La empatía;
- La comprensión;
- El positivismo;
- El bienestar;
- El equilibrio;
- La motivación; y
- La comunicación adecuada con las habilidades sociales desarrolladas por los individuos.
Un ejemplo de la aplicación de la inteligencia emocional y los valores automáticamente adosados en nuestro interior, mediante un procedimiento que dará como resultado una reacción automática aprehendida, está presente en nuestras relaciones laborales.
En ellas (nuestras relaciones laborales) observamos la perfecta sinapsis entre lo que recibimos y hacemos propios como valores y la proyección al exterior de todo lo aprendido respecto de nuestras emociones, que derivan a la postre en una mejor dotación emocional para la resolución de conflictos vivenciales o internos.
moico1986:
gracias lo maximo..
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Respuesta:
El equilibrio emocional
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