el virus covid-19 tiene una estructura química especifica, ¿cual es la incidencia a nivel químico del uso del jabón para contrarrestar el contagio del virus?
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Respuesta: espero que te sirva :3
Lavare le mani; мыть руки; Hände waschen; 请洗手... no importa en qué lenguaje, el mensaje más importante del momento es claro: lávate las manos.
Y es que, por más avanzada que esté la ciencia en el siglo XXI, en la pandemia del coronavirus el arma clave es esa tecnología milenaria de combinar agua y jabón.
Aunque no sabemos con certeza quién, cuándo o cómo alguien tuvo tan brillante idea, sí sabemos es que esa mezcla sigue siendo la mejor estrategia para combatir enfermedades infecciosas y ni siquiera el hasta ahora invencible SARS-CoV-2 puede contra ella.
Pero, ¿por qué funciona tan bien?
Porque lo que para nosotros puede ser tan agradable que llega a ser relajante -el sonido del agua, el placer de sentirla correr sobre nuestra piel, el aroma del jabón y esa pausa que ahora, por consejo de las autoridades, va hasta acompañada de alguna canción-, para los microorganismos es altamente destructivo.
Una sola gota de jabón en agua puede matar innumerables bacterias y virus.
El secreto del jabón :
El jabón es una mezcla de alguna grasa, agua y álcali o sal básica.
Álcali viene del árabe: Al-Qaly القلي ,القالي, 'ceniza', que es lo que usaban los sumerios ya en el año 3000 a.C., la más antigua referencia conocida.
La receta que usamos hoy en día es muy parecida a la hallada en tablillas cuneiformes, y con razón, pues esa resbaladiza solución cumple su cometido: limpiar.
El secreto está en las predilecciones de cada extremo de las moléculas de jabón, las cuales tienen una cabeza y una cola.
La cabeza es hidrófila y la cola, hidrófoba y lipófila o, en otras palabras, por un lado le atrae el agua y por el otro, el aceite o la grasa.
Cuando te estás lavando las manos y las moléculas de jabón se encuentran con grasa, sus colas son atraídas hacia ella mientras sus cabezas se quedan en el agua.
Las fuerzas de atracción entre las cabezas y el agua son tan fuertes que levantan la grasa de la superficie, de manera que esta queda completamente rodeada de moléculas de detergente, que van separándola en pedazos cada vez más pequeños, que luego son arrastrados con el agua.
El jabón no solo afloja al virus de la piel, sino que hace que la envoltura viral se disuelva, de manera que las proteínas y el ARN se deslían y el virus metafóricamente muere -realmente se desactiva, pues los virus no están precisamente vivos-.
Solo le queda al agua llevarse los restos de lo que hasta hacía 20 segundos era una grave amenaza para nuestra la salud y la de otros.