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Respuesta:La política nos define como ciudadanos. Aunque pensemos que el sistema no funciona, o que ningún partido político nos representa, nuestra ideología puede definirse a partir de unos valores y una forma de pensar.
Solemos hablar de políticas de izquierda o de derecha pero, ¿en qué se diferencian? En primer lugar, hay que tener claro que estas políticas son diferentes en cada país, dependiendo de la forma en que esté organizado el gobierno, sus leyes y sus instituciones.
Por ejemplo, las políticas de izquierda en un estado socialista como Suecia, donde el gobierno corre con los gastos de los servicios públicos, es muy diferente a la izquierda en los Estados Unidos, un país capitalista donde la economía condiciona todos los aspectos de la vida (educación, salud, prestaciones laborales).
Gobernar en torno a la sociedad o el individuo
Se trata de una diferencia de enfoque a la hora de gobernar. Según la ideología de izquierdas, para que un país funcione hay que fortalecer el conjunto de la sociedad y los servicios básicos (sanidad, sistema educativo, pensiones); mientras que la derecha sitúa al individuo en el centro de sus políticas.
A grandes rasgos, la ideología de izquierdas desarrolla sus políticas pensando en la sociedad, definida como un conjunto de personas que forman una comunidad. Por eso algunos gobiernos o partidos de izquierdas se definen como socialistas.
Las medidas de izquierdas tienen como objetivo crear un estado del bienestar del que puedan beneficiarse todas las personas. Este sistema está sufragado por los impuestos que pagan los ciudadanos, cada uno en función de sus posibilidades (en principio, los ricos pagan más que los que ganan menos).
Por otro lado, la ideología de derechas está más centrada en el individuo y la iniciativa privada. Los gobiernos de derechas favorecen la economía de las empresas para que sean éstas las que generen la riqueza en un país.
Este tipo de políticas se definen como liberales, porque las autoridades intervienen el mínimo posible, o capitalistas, porque el funcionamiento del Estado gira en torno al dinero o capital.
Por eso, los gobiernos de derechas suelen beneficiar más a los empresarios (porque son los que generan dinero) que a los trabajadores.
El origen histórico de la izquierda y la derecha
La asociación del bando derecho con las clases más ricas y la izquierda con la base popular tiene su origen en la Asamblea Nacional, el parlamento de Francia.
El año 1789 marcó el inicio de la Revolución Francesa, una revuelta que cuestionaba el poder de la monarquía y quería acabar con los privilegios de la aristocracia.
Los meses de agosto y septiembre de ese año, los miembros de la Asamblea tuvieron que votar sobre el veto real, es decir, si el rey de Francia debía tener la capacidad de rebatir cualquier ley, aunque hubiera sido aprobada por mayoría en el parlamento.
Durante la votación, los nobles y el clero (las clases más ricas y partidarias de la monarquía) se situaron a la derecha del presidente de la Asamblea, mientas que los revolucionarios contrarios al veto real se situaron a la izquierda.
Esta dualidad política se extendió por el continente y hoy en día todavía existe en muchos países de Europa: republicanos y socialistas en Francia, conservadores y laboristas en el Reino Unido, liberales y socialistas en Bélgica o populares (PP) y socialistas (PSOE) en España.