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Respuesta:
Las proyecciones de población son una expresión del arte de la prospectiva. Por su propia natura-
leza, la prospectiva constituye un ejercicio analítico de creatividad e imaginación que tiene por
objeto mirar hacia adelante, atisbar lo que podría traer el porvenir ante un número limitado de
trayectorias y cursos posibles de acción. Conviene señalar, sin embargo, que los ejercicios de pros-
pectiva no pretenden adivinar, predecir, profetizar, pronosticar o tratar de determinar cómo será
nuestro futuro (en este caso, nuestro futuro demográfico). Más bien, su función es imaginar
razonadamente como podría ser si ocurriesen una serie de condiciones específicas (posibles, proba-
bles o deseables).1
En el mundo actual, de gran complejidad, incertidumbre y turbulencia, los cambios se suceden
con gran rapidez y el interés por desarrollar una cultura anticipadora se incrementa. En este contex-
to, es cada vez mayor el reconocimiento de que la prospectiva contribuye a anticipar desafíos y
oportunidades, a delinear rumbos de acción futuros para encarar los primeros, y a evaluar los costos
y consecuencias que podrían derivarse de decisiones alternativas.
No hay duda de que la información prospectiva de carácter demográfico es un instrumento privile-
giado que permite prever o anticipar los escenarios de necesidades y demandas sociales; es una
referencia fundamental de todas las acciones y programas de gobierno; constituye un insumo in-
dispensable para la formulación de las políticas de desarrollo económico y social; y es una parte
insustituible de los programas de provisión de servicios, de inversión, de asistencia social, de fo-
mento al desarrollo y de combate a la pobreza. El mensaje implícito de las tareas de planeación
demográfica resulta muy claro: la falta de previsión es sumamente nociva y puede causar severos
perjuicios y daños sociales si no anticipamos las tendencias demográficas, si no planeamos y si no
actuamos en consecuencia.
Como en cualquier otro campo, todo ejercicio de prospectiva demográfica debe juzgarse por
el rigor con que se ejecuta, para lo cual es indispensable que sean repetibles, en el sentido de que
sus resultados derivan de ciertas hipótesis básicas, información y reglas de inferencia explícitas.
Además, conviene recordar que estos ejercicios no pretenden alcanzar una precisión absoluta, sino
una previsión razonable del tamaño, dinámica y estructura de la población futura del país.
Para alcanzar un mayor grado de certeza, las proyecciones demográficas requieren ser actualiza-
das progresivamente a medida que surge nueva evidencia acerca de los niveles y tendencias