Respuestas
La primera llamada con un teléfono móvil fue hecha hace 40 años entre John Mitchell y Martin Cooper, de Motorola. Cada uno de los aparatos que utilizaron pesaba alrededor de 2 kilos. Para comienzos de los años 90, teléfonos móviles de apenas unas centenas de gramos podían conectarse a redes y hacer operaciones similares a las de un computador personal. Por eso se los llamó ‘smartphones’ (teléfonos inteligentes).
En el 2007, la pantalla táctil del iPhone eliminó la necesidad de teclado y puso, literalmente, el mundo en la yema de nuestros dedos. Se espera que el próximo año, un tercio de la población mundial tenga un teléfono inteligente; esos son aproximadamente 2.530 millones de usuarios en todo el planeta. Por más que sea una historia cautivadora, la revolución que produjo este vertiginoso desarrollo no fue solo el producto de la mente de adorados genios del diseño y el mercadeo. Detrás del glamur de las brillantes pantallas de alta resolución y las superficies redondeadas está el producto de la investigación de miles de científicos expertos en una herramienta olvidada y que a veces solo parece servir para sembrar el terror en los corazones de los bachilleres: la tabla periódica de los elementos.