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¿Qué hay que tener en cuenta al asignar las tareas?
Asignar tareas consiste en determinar quién realiza cada proceso y en qué plazo de tiempo tiene que ser capaz de terminarlo. Al escoger al grupo o persona encargada de terminar una tarea, hay que prestar atención a los siguientes aspectos:
Equipo disponible: cada persona tiene unas determinadas habilidades y aptitudes. Por lo tanto, el responsable de la organización tiene que conocer perfectamente qué puede ofrecer cada miembro de la empresa y colocarle en aquel lugar donde sea capaz de ofrecer un mejor rendimiento.
Recursos disponibles: para poder llevar a cabo cualquier tarea, la empresa debe disponer de aquellos materiales y tecnología necesaria. En caso contrario, no se conseguirá desempeñar el trabajo con la pulcritud necesaria. Si la empresa se ve obligada a adquirir determinada tecnología nueva, hay que formar al personal que la utilice.
Especio disponible: toda empresa dispone de un local en alquiler (mayoritariamente) o de propiedad. Para desarrollar determinadas actividades, hay una serie de requisitos en términos de espacios que hay que tener en cuenta. Además, a más adecuado el espacio, mayor comodidad en el desempeño y mejores resultados se pueden conseguir.
Orden del espacio: en la misma línea que el anterior apartado, ciertas actividades precisan de unos requisitos a nivel de limpieza que la compañía debe tener en cuenta. Igualmente, gracias a un espacio ordenado, la realización de la tarea será más fluida ya que los trabajadores sabrán donde tienen los materiales a utilizar y no tendrán que perder tiempo limpiándolo o cambiando las cosas de sitio.
Urgencia de las tareas: hay tareas que precisan de terminarse en un plazo de tiempo menor que otras. Por lo tanto, comparativamente, precisan de una prioridad y hay que resolverlas antes.
Importancia de las tareas: no todas las tareas son igual de importantes. Igual que en el caso anterior, aquellas que sean más importantes porque confieren un valor añadido mayor, hay que acabarlas en el menor plazo de tiempo posible.
Complejidad de las tareas: aquellas tareas que son más complicadas precisan de un mayor estudio que aquéllas menos complejas. Primero, porque hay que encontrar aquellas personas con las habilidades suficientes para llevarlas a cabo. Segundo, porque será más complejo estimar su plazo de finalización.
Tiempo estimado de finalización de las tareas: para cada tarea hay que estimar cuánto tiempo se tardará en finalizarla. Este punto es muy importante especialmente en aquellos procesos en los cuales no se pueden empezar unas tareas hasta que se han terminado otras anteriores.
Asignar tareas consiste en determinar quién realiza cada proceso y en qué plazo de tiempo tiene que ser capaz de terminarlo. Al escoger al grupo o persona encargada de terminar una tarea, hay que prestar atención a los siguientes aspectos:
Equipo disponible: cada persona tiene unas determinadas habilidades y aptitudes. Por lo tanto, el responsable de la organización tiene que conocer perfectamente qué puede ofrecer cada miembro de la empresa y colocarle en aquel lugar donde sea capaz de ofrecer un mejor rendimiento.
Recursos disponibles: para poder llevar a cabo cualquier tarea, la empresa debe disponer de aquellos materiales y tecnología necesaria. En caso contrario, no se conseguirá desempeñar el trabajo con la pulcritud necesaria. Si la empresa se ve obligada a adquirir determinada tecnología nueva, hay que formar al personal que la utilice.
Especio disponible: toda empresa dispone de un local en alquiler (mayoritariamente) o de propiedad. Para desarrollar determinadas actividades, hay una serie de requisitos en términos de espacios que hay que tener en cuenta. Además, a más adecuado el espacio, mayor comodidad en el desempeño y mejores resultados se pueden conseguir.
Orden del espacio: en la misma línea que el anterior apartado, ciertas actividades precisan de unos requisitos a nivel de limpieza que la compañía debe tener en cuenta. Igualmente, gracias a un espacio ordenado, la realización de la tarea será más fluida ya que los trabajadores sabrán donde tienen los materiales a utilizar y no tendrán que perder tiempo limpiándolo o cambiando las cosas de sitio.
Urgencia de las tareas: hay tareas que precisan de terminarse en un plazo de tiempo menor que otras. Por lo tanto, comparativamente, precisan de una prioridad y hay que resolverlas antes.
Importancia de las tareas: no todas las tareas son igual de importantes. Igual que en el caso anterior, aquellas que sean más importantes porque confieren un valor añadido mayor, hay que acabarlas en el menor plazo de tiempo posible.
Complejidad de las tareas: aquellas tareas que son más complicadas precisan de un mayor estudio que aquéllas menos complejas. Primero, porque hay que encontrar aquellas personas con las habilidades suficientes para llevarlas a cabo. Segundo, porque será más complejo estimar su plazo de finalización.
Tiempo estimado de finalización de las tareas: para cada tarea hay que estimar cuánto tiempo se tardará en finalizarla. Este punto es muy importante especialmente en aquellos procesos en los cuales no se pueden empezar unas tareas hasta que se han terminado otras anteriores.
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