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Cerebro de los simios
A pesar de lo que aparentemente puede parecer, las diferencias entre el cerebro animal y humano no son tan notables. De hecho, el cerebro de los simios, concretamente el de los chimpancés, funciona de forma muy parecida al de las personas en términos de comunicación.
Tanto chimpancés como humanos activan la misma zona cerebral cuando se comunican, ya sea por medio de signos o por la vocalización. Esto refuerza aún más la teoría del ancestro común entre todos los simios.
Sistema de locomoción
La primera de las similitudes entre humanos y chimpancés es que comparten la misma manera de caminar, erguidos sobre dos patas y con una morfología esquelética muy parecida. Aunque se diferencian en la rotación de la pelvis, mucho más acentuada en los chimpancés, la magnitud de los movimientos al andar es prácticamente igual en ambos primates.
Uso de herramientas
Aunque todos los primates tienen 4 patas, no necesitan forzosamente tener todas apoyadas en el suelo para mantenerse en equilibrio. De hecho, son capaces de levantar sus extremidades posteriores para coger alimentos o materiales, e incluso crear los suyos propios con sus manos.
En concreto, los chimpancés utilizan esta habilidad para crear sus herramientas con, por ejemplo, ramas secas, piedras, etc. Una táctica de gran utilidad para obtener alimento, socializarse o como arma para defenderse.
Moralidad
Lo bueno y lo malo, algo que es fácil de identificar para las personas, pero no para el reino animal ¿o no? Los chimpancés muestran una vez más lo cerca que están de los primates humanos con una capacidad de la moralidad muy parecida a la de estos.
Los chimpancés saben lo que es correcto e identifican lo que no, especialmente cuando algo inapropiado le sucede a los más pequeños del grupo. Estudios científicos demuestran que los miembros adultos reaccionan con indignación y se enfadan cuando otro miembro daña a una de las crías de su especie.
Comida caliente
¿Qué prefieres comer: una patata cocinada o cruda? La respuesta seguramente sea cocinada, pues es a lo que nuestro paladar está acostumbrado y lo que nos sabe mejor. Sin embargo, no somos los únicos en el reino animal al que les sucede esto. Impresionantemente, los chimpancés, si tienen la opción a elegir, se decantan más por la comida cocinada.
Tanto es así que, aunque no comprendan y controlen bien la funcionalidad del fuego, si se les proporcionan utensilios ya preparados para cocinar, como una sartén encendida, los chimpancés pueden aprender a usarlos con facilidad para cocinar sus alimentos.