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Respuesta:
El inmigrante (1917) La vida es una tragedia en primer plano, pero una comedia en plano general. ...
El chico (1921) ...
La quimera del oro (1925) ...
El circo (1928) ...
Luces de la ciudad (1931) ...
En tiempos modernos (1936) ...
El gran dictador (1940) ...
Monsieur Verdoux (1947)
soy el primero broo
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El chico (1921)
En 1921 Charles Chaplin era una de las personas más conocidas del mundo, y una de las mejores pagadas, pero eso no le hacía olvidar una infancia propia de una novela de Dickens. Para colmo poco antes de comenzar a rodar la que sería su primera película de larga duración, había perdido a su primer hijo, lo que hizo de 'El chico' una de las películas más personales de su carrera, uniendo cosas de su infancia con su deseo de convertirse en padre. Fue además la película que mejor definiría su carrera, mezclando comedia y drama, o como mejor explicaba el cartel inicial, "una película con una sonrisa -- y, quizás, una lágrima".
La quimera del oro (1925)
Chaplin mete a su pequeño vagabundo en una cabaña abandonada en plena fiebre del oro y da al cine alguna de sus escenas más recordadas, como el guiso y posterior banquete de una de sus botas o el baile de los panecillos. La película combina magistralmente las dos caras de Chaplin, la cómica y la melodramática, y da como resultado una de las mejores películas de la historia del cine mudo.
El circo (1928)
Menos poética que 'La quimera del oro', 'El circo' es una de las películas más divertidas de su carrera, centrándose más en su parte cómica. Pero no todo son risas, como se puede ver al final. Tras haberse convertido en una gran estrella, el circo se marcha de la ciudad dejándole atrás. Esa escena la rodó cuatro días después del estreno de 'El cantante de jazz', la primera película sonora de la historia. El cine se movía y Chaplin lo sabía.
Luces de la ciudad (1931)
Cuando se estrenó 'Luces de la ciudad' el cine mudo estaba muerto y enterrado, Hollywood se había entregado al sonoro y muchas de las estrellas de esa etapa habían visto como su carrera se acababa al no saber adaptarse al nuevo medio. Pero eso no impidió que Chaplin entregara una de las cimas de su carrera (y una de las mejores películas de todos los tiempos) aferrándose a su viejo estilo. Como bien sabía, su personaje era querido y entendido en todas las partes del mundo, sin necesidad de hacerle hablar (fueron los franceses los que le renombraron como Charlot), y 'Luces de la ciudad' probó que el talento de Chaplin era universal, convirtiéndose en la que posiblemente sea su mejor película, además de la preferida del propio director y de otros compañeros de profesión tales como Orson Welles, Stanley Kubrick o Woody Allen.
Tiempos modernos (1936)
Chaplin hace su película más política hasta la fecha y lo hace de manera magistral, con una sátiza sobre la deshumanización en el moderno y mecanizado mundo de su época. El pequeño vagabundo se despide por la puerta grande de la historia del cine, dejando secuencia icónica tras secuencia icónica. El cine mudo, y su mayor icono, no pudieron tener un mejor testamento que este.
El gran dictador (1940)
La primera película hablada de su historia fue una bofetada en la cara para un admirador suyo que, incluso, le había copiado el bigotito. Chaplin vuelve a probar que la sátira es una de las mejores armas contra los delirios de grandeza y que el humor también puede luchar al nazismo y reírse en la cara de Adolf Hitler. Años después diría que no hubiera hecho la película si hubiera conocido todas las atrocidades cometidas por los nazis, pero, por una vez, se equivocaba. Su maravilloso desafío ante el hombre que contemplaba el mundo como una cosa a conquistar es una absoluta delicia, como prueba el hecho de que cuando fue estrenada en Francia en 1945, tras cinco años de ocupación alemana, se convirtió en la película más popular de aquel año.
Monsieur Verdoux (1947)
Candilejas (1952)