¿Cómo podríamos solucionar el dilema de tener recursos (naturales)
escasos que son limitados frente a las necesidades del ser humano que son ilimitadas?

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Respuesta dada por: anitatorressierra37
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Resumen

Se analizan los dilemas morales asociados con la distribución de recursos escasos —como el cuidado sanitario— en atención al principio de las necesidades de Marx, para lo cual se intenta responder a las dificultades que presenta tanto su conceptualización como su delimitación. Se estudian, además, las consecuencias éticas de reconocer un espacio al criterio de la responsabilidad personal o a la eficiencia para los efectos de adjudicar recursos escasos para concluir, desde la perspectiva del marxismo analítico, que si son nuestras necesidades lo que "nos hace humanos", su satisfacción debiera primar por sobre la distribución, con base en la responsabilidad personal o contribución individual.

Palabras clave: salud, recursos escasos, distribución, dilemas morales.

 Introducción1

¿Puede el principio distributivo de la "atención por necesidad sanitaria" ser desplazado, en determinados casos, por otros criterios de adjudicación relacionados con la eficiencia o la responsabilidad individual? Para la doctrina distributiva de índole igualitarista, como el marxismo analítico, no es legítimo admitir las desigualdades sociales por el principio de responsabilidad individual o de eficiencia. El principio clásico de Marx "de cada cual según su capacidad y a cada cual según sus necesidades" es invocado por muchos en la actualidad como fórmula para la justa distribución de los recursos, cuando se le interpreta como un principio de igual satisfacción de necesidades.

Que esta máxima resulte útil, con todo, especialmente en el ámbito sanitario, dependerá de cuánto logremos especificar el concepto mismo de necesidades y de cómo conciliemos dicho concepto con el de responsabilidad personal y de eficiencia. Este es el objetivo de las líneas que siguen. Se busca fundamentar, desde la perspectiva del marxismo analítico, que si son nuestras necesidades lo que "nos hace humanos", su satisfacción debiera primar por sobre la distribución con base en la responsabilidad personal o contribución individual.

 Definiendo y limitando la noción de necesidades

El reconocimiento de necesidades básicas como dato relevante para distribuir bienes, disponer de tratamientos y asignar derechos parece dividir aguas entre las diversas concepciones de la filosofía política, pues desde todas las perspectivas que se ha estudiado (psicología, sociología, antropología, ciencia política, economía) se pone siempre de relieve el obstáculo que conlleva la definición del concepto. Hay quienes han acudido al criterio de la determinación por "negación", destacando el problema de la privación de aquello que puede ser básico e imprescindible.

En este sentido, Galtung señala que existiría una necesidad humana en las situaciones en las cuales su no satisfacción puede ocasionar una "destrucción, desintegración o no existencia de un ser humano". Esta consideración de las necesidades nos coloca directamente en relación con la noción de "daño".

Mediante esta idea se quiere expresar que la carencia de aquello que se necesita repercute de forma directa en la calidad de vida humana y que tal perjuicio respecto a algún aspecto de la vida se mantiene a menos que se satisfaga la necesidad en cuestión, no habiendo otro tipo de alternativas. Por tanto, no es un mero contratiempo pasajero, sino una "degeneración" permanente de la calidad de vida humana que se mantiene en tanto no se obtiene la satisfacción adecuada (Añón, 2002: 136).

Qué duda cabe de que el concepto de necesidad, entendido como privación y relacionado a la vez con la idea de daño, resulta especialmente adecuado cuando se habla de "necesidades sanitarias", pues, por su naturaleza —y a diferencia de otras cosas de las cuales podríamos decir que "necesitamos"— la carencia de un cuidado sanitario mínimo puede implicar, casi sin excepción, la "destrucción del ser humano".

Por ello, si bien los problemas para acordar un concepto común de necesidades son reales, en el caso de las necesidades sanitarias "básicas" parece ser que los consensos sobre ciertos mínimos básicos parecen mayores que cuando se analizan otro tipo de necesidades. Para lograr la distinción de este concepto con otros conceptos afines como deseos, intereses, impulsos, aspiraciones, etc., resulta preciso una depuración terminológica.

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