las causas de la desigualdad y el descontento político en México en los cincuenta (mi maestro no se explica del todo)
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La desigualdad aumentará si los que menos ingresos tienen siguen pagando más impuestos que los ricos. Las leyes y reglas actuales deben cambiar para evitar que los impuestos sobre el consumo o sobre los salarios sean superiores a los impuestos sobre las rentas del capital. Distribución injusta de la inversión y el gasto público. La desigualdad aumenta cuando determinados grupos de ciudadanos o instituciones, sea por razones étnicas, de clase, geográficas, religiosas, etc., se benefician de mayores niveles de inversión y gasto público que el resto, lo cual se traduce en mejor acceso a servicios sociales básicos como salud o educación, o mejores infraestructuras, como por ejemplo, en energía y comunicaciones.
En muchas ocasiones las decisiones políticas sobre inversiones y gasto público no se rigen por criterios de justicia social, sino de conveniencia y connivencia. Distribución injusta de la tierra. En muchos países se han promovido procesos de concentración de la tierra en manos de los más poderosos. El acaparamiento de tierras por inversores extranjeros también está dejando a millones de persones en el mundo sin tierra para cultivar.
Cada segundo, los países en desarrollo pierden una superficie de tierra equivalente a un campo de fútbol. De las políticas de acceso a tierra depende el nivel de beneficios de unos cuantos miles de individuos, y también la seguridad alimentaria de millones de personas. Acceso desigual al capital, conocimiento y tecnología. Acceso injusto a la información y exclusión de los espacios de toma de decisiones sobre políticas que influyen en nuestras vidas.
Las desigualdades actuales entre hombres y mujeres son el resultado de políticas, prácticas y creencias injustas. Muchas de las injusticias descritas en los puntos anteriores afectan mucho más a las mujeres que a los hombres, por ejemplo, en cuestiones de acceso a tierra o capital, o en forma de exclusión de la vida pública. Necesitamos políticas que promuevan la justicia de género. Nadie debería disfrutar de impunidad por delitos cometidos, sea la violencia organizada, el robo de dinero público o la colusión entre intereses políticos y económicos.
En ocasiones, la violencia y el conflicto no sólo producen pobreza, sino que son un mecanismo para reforzar y perpetuar el poder de determinados grupos de población sobre otros, o una vía para consolidar el acceso privilegiado de unos cuantos a dinero público o recursos naturales, en su país o fuera del mismo.
dale corona
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