• Asignatura: Derecho
  • Autor: xdfftkhfddghjk
  • hace 7 años

una oración de poterna

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Respuesta dada por: Holi2006
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Respuesta:

Oraciones con poterna :

Tiene que haber una poterna.

Cuando vio que la poterna estaba.

Miraron hacia la poterna interior.

Las trancas crujieron; la poterna se abrió en la enorme puerta.

En menos de un cuarto de hora llegó la poterna del fuerte Frontenac.

He oído el ruido de los cascos de los caballos sobre las piedras de la poterna.

Una veintena de soldados montados los esperaban en la poterna con los arcabuces preparados.

Cuatro benedictinos con cogulla se dirigieron con paso vivo hacia la poterna que daba acceso.

Kay se deslizó por la poterna hacia afuera, aterrizando sobre el barro, en medio de la lluvia.

En la poterna se oía un rumor de gente que caminaba apresuradamente, y el patear de los caballos.

Colebrooke esbozó una leve sonrisa y los acompañó a una poterna del lienzo exterior de la muralla.

Habían estado luchando en el edificio de la poterna y ahora había más cadáveres en los camastros.

Salieron de la poterna, atravesaron agrupados el puente levadizo, y se hallaron en la plataforma exterior.

Un agujero con poterna en el suelo conducía a una cavidad del tamaño de un hombre: el cuarto de Misión y Armas.

Huiría, puesto que podía hacerlo, encontraría la galería por donde entró, y ya en la poterna, saldría del castillo.

Llegaron al final de la callejuela, subieron por la cuesta de la colina y entraron en la Torre por la poterna de la parte de atrás.

En efecto: puesto que la poterna estaba cerrada y alzado el puente levadizo, sería preciso que se deslizase hasta el pie de la muralla.

Ahora bien: ¿sería posible penetrar en el castillo por otra parte que por la poterna? Esto era probablemente lo que Nic quería reconocer.

Media hora le bastó al ejército del Norte para apoderarse de una poterna, abrir una puerta fortificada y lanzarse al interior de la ciudad.

Un pelotón de jinetes, después de haber dado la consigna a la guardia del portón, había atravesado el puente levadizo y entrado en la poterna.

Una poterna de hierro se levantó delante de Belwar, dejando ver una habitación circular de paredes altas y filas de asientos en la parte superior.

El mensajero de lord Hern llegó a la poterna, y pronto unos hombres atados fueron conducidos en fila al patio, los guardias tirando de sus ligaduras.

En un ángulo del muro de la fortaleza había una pequeña poterna que se abría al oeste, en un punto en el que el acantilado avanzaba hacia el castillo.

Entre tanto alboroto, nadie se había dado cuenta de que Conan salía al galope por la poterna y que descendía, rápidamente, por la cuesta del castillo.

Clovis Dardentor, Marcel Lornans y Juan Taconnat descendieron por la escalera de caracol, franquearon el puente, entraron en el patio y salieron por la poterna.

Al otro lado del bastión se desarrollaba la muralla del Sur, con la que el puente levadizo establecía una comunicación cuando no estaba subido contra la poterna.

Salieron del cuartel por una poterna secreta, con los hombros y la cabeza cubiertos por una capa con capucha, y se encaminaron por las calles ya oscuras de la Ortigia.

El puente levadizo, levantado contra la pared, cerraba la poterna, entre las dos pilastras de piedra, en las que las armas de los barones de Gortz estaban esculpidas.

El sacerdote, después de atravesar la playa en línea oblicua, llegó delante de la poterna, al lado de la que un soldado estaba de centinela, y preguntó por el comandante.

Siguieron avanzando a través de las oscuras calles de la ciudad y salieron por una pequeña poterna a los muelles que se alzaban sobre las aguas del puerto, moteadas por la luz de la luna.

Como un pobre destripaterrones a quien jamás se le ocurriría que alguien pudiera apuñalarlo por la espalda— hasta que Tallanvor lo hizo pasar por la poterna de una de las puertas y salió tras él.

El jefe de la diplomacia egipcia entregó sus cartas credenciales a un oficial y tuvo que esperar más de una hora, al pie de una poterna, antes de que le permitieran entrar en Hattusa por la puerta de los leones.

Por la parte Norte hubiera sido imposible penetrar en el recinto, pues no solamente no había Poterna ni puente levadizo, sino que además la muralla siguiendo las irregularidades del terreno, se elevaba por allí a gran altura.

Entraron en la poterna, descendieron de los caballos haciendo una indicación al Barón y a Cabeza de Hierro para que los imitasen, y después de conducirlos al piso superior por una amplia escalera de mármol los introdujeron en una sala, diciéndoles:.

Entonces Roran se detuvo un momento y decidió enviar a cincuenta de sus hombres a que cerraran el rastrillo y la poterna, ordenándoles que se quedaran allí para obstruir el paso a los posibles enemigos que quisieran entrar y perseguir a los vardenos por el corazón de la ciudad.

Explicación:

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