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Respuesta:
Cada uno está llamado, desde su lugar y circunstancias, a colaborar como pueda.
Dios nos llena a cada segundo de pequeños, constantes y recurrentes llamados, para cada situación en nuestra vida. Estamos llamados a amar, a no despreciar al otro, a hacer lo mejor por el otro con nuestras circunstancias, etc. En estos tiempos, con el COVID-19; estás llamado a proteger al otro desde tu casa, y así poder encontrarte contigo mismo, redescubrirte; o sea, no estar 15 horas con el teléfono, la play, o lo que sea, sino tener tu tiempo para ti, y para Dios.
Fundamentalmente, el ser humano está llamado a vivir. Porque nosotros creemos que no estamos aquí, en este universo, en este mundo, por casualidad; sino que alguien nos creo y tenemos una misión: vivir y dejar vivir, ser felices, y ayudar a otros hacerlo, amar y dejarnos amar, por el otro y por Él.
Tristemente, muchas personas piensan en ser felices como los placeres de esta vida. Otros creen, que están demasiado lejos de la felicidad como para poder alcanzarla algún día. Pues ambas ideas son erróneas.
Se puede ser feliz a cada paso, cada instante. No hace falta tener dinero, o viajar por el mundo, o tener el último iphone, o tener sexo todos los días para ser feliz, y tampoco te hará feliz tener todas esas cosas. Basta con saber que Dios nos ama, y que los pequeños sufrimientos cotidianos, le sirven a Él para fines mucho más grandes de lo que podríamos entender los humanos jamás. Dios nos ama; y saber eso, nos tendría que volver las personas más felices del mundo.
Respuesta:
Cada uno está llamado, desde su lugar y circunstancias, a colaborar como pueda.
Dios nos llena a cada segundo de pequeños, constantes y recurrentes llamados, para cada situación en nuestra vida. Estamos llamados a amar, a no despreciar al otro, a hacer lo mejor por el otro con nuestras circunstancias, etc. En estos tiempos, con el COVID-19; estás llamado a proteger al otro desde tu casa, y así poder encontrarte contigo mismo, redescubrirte; o sea, no estar 15 horas con el teléfono, la play, o lo que sea, sino tener tu tiempo para ti, y para Dios.
Fundamentalmente, el ser humano está llamado a vivir. Porque nosotros creemos que no estamos aquí, en este universo, en este mundo, por casualidad; sino que alguien nos creo y tenemos una misión: vivir y dejar vivir, ser felices, y ayudar a otros hacerlo, amar y dejarnos amar, por el otro y por Él.
Tristemente, muchas personas piensan en ser felices como los placeres de esta vida. Otros creen, que están demasiado lejos de la felicidad como para poder alcanzarla algún día. Pues ambas ideas son erróneas.
Se puede ser feliz a cada paso, cada instante. No hace falta tener dinero, o viajar por el mundo, o tener el último iphone, o tener sexo todos los días para ser feliz, y tampoco te hará feliz tener todas esas cosas. Basta con saber que Dios nos ama, y que los pequeños sufrimientos cotidianos, le sirven a Él para fines mucho más grandes de lo que podríamos entender los humanos jamás. Dios nos ama; y saber eso, nos tendría que volver las personas más felices del mundo.
Explicación:
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