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La COPPAL (Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina) también señaló que, en los últimos 20 años, el modelo económico neoliberal ha provocado crisis y creciente desigualdad entre los países ricos y los pobres.
Por su parte, Koffi Annan, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dijo que la globalización es una red mundial de comercio, comunicaciones y cooperación que ofrece oportunidades a algunos países y marginación a otros.
Aunque los defensores de la globalización se enorgullecen de ser “la primera generación” que ha podido realizar proyectos globales por cooperación internacional voluntaria, sin el empleo de las armas, en muchos lugares del mundo especialistas y ciudadanos comunes opinan que el comercio mundial no está beneficiando a la mayoría de los habitantes del mundo.
Una primera crítica a este modelo económico se refiere a que la globalización es una realidad parcial, puesto que no se interesa por integrar a amplias zonas del planeta como, por ejemplo, al continente africano y otras zonas empobrecidas; así, el desarrollo elige a unos y excluye a otros. El proceso de globalización no es mundial, a pesar de que se ha producido una gran mundialización del comercio; prueba de esto es que a principios de los años ochenta sólo la mitad de la población del planeta participaba en el comercio internacional y hoy, 20 años después, 90 por ciento de las naciones está integrada a éste.
Se están globalizando la economía, el comercio, las comunicaciones, la información, pero no está sucediendo lo mismo con el bienestar humano, con los valores morales ni con otros aspectos de tipo social.
Otro motivo de rechazo se debe a la gran desigualdad que genera en todo el mundo. A esta heterogeneidad se le ha llamado la diferencia entre Norte y Sur, donde el Sur representa a las naciones pobres y el Norte a las poderosas; sin embargo, existen “sures” dentro de los países ricos y “nortes” al interior de los países pobres y en esa medida la globalización, más que uniendo, está fragmentando al mundo y a cada nación. Un estudio realizado por el Consejo Nacional de Población (CONAPO) mostró que en México se presentan diferencias muy grandes: en el Distrito Federal hay gente que vive como en Hong Kong, una de las regiones asiáticas más prósperas; en Nuevo León se vive como en Portugal, uno de los países de la poderosa Unión Europea; mientras que en Oaxaca se vive la pobreza como en Azerbaiyán, Asia, y en Chiapas como en Sudáfrica.
Tradicionalmente decimos que la unión hace la fuerza, pero los bloques económicos no están haciendo fuertes a todos los países unidos en ellos. Los países africanos declaran que los tratados comerciales que han firmado con la Unión Europea, la cual en los últimos 20 años ha aumentado su riqueza, no los benefician, ya que sus principales productos de exportación, los agrícolas, se encuentran con enormes dificultades para venderse debido a las múltiples medidas proteccionistas que benefician a los productos agrícolas locales.