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Respuesta: la ensalada es un alimento saludable ligero comveniente para el paladar
Su idea parte de que cada plato debe tener al menos siete colores diferentes para ser saludables. Para poder conseguir estas composiciones la autora recomienda:
1. Elige la variedad de hortaliza por su valor nutricional, además de por su sabor, color, textura y aspecto.
2. Compra la verdura más fresca y de mejor calidad que encuentres.
3. Asegúrate de que los ingredientes están secos. Es un paso muy importante, especialmente para las delicadas hojas de la ensalada, pues el aliño no empapará una hoja húmeda y la ensalada puede quedar con exceso de agua.
4. Intenta que cada bocado contenga distintos elementos, como hojas de lechuga, verduras, hierbas aromáticas, trozos crujientes, trozos fibrosos, trozos jugosos y una pizca de dulzor (con fruta o con el aliño) para equilibrar sabores y texturas.
5. Las hojas más delicadas combinan mejor con un aliño fresco y ligero, mientras que las ensaladas con hojas e ingredientes más consistentes soportan mejor aliños fuertes, más espesos, intensos o cremosos.
6. Si vas a servir la ensalada con el aliño ya incorporado, añádelo poco a poco para no anegarla. Excepto para las que lleven col, un ingrediente que se beneficia de un aliño temprano, condimenta la ensalada en el último minuto.
7. Añade algún toque final para que la ensalada sea más atractiva.
¿CÓMO SE PREPARA UNA BUENA ENSALADA?
Una ensalada puede ser tan simple o compleja como se quiera. Por tener una mayor elaboración no va a ser mejor. "Unas gruesas rodajas de tomate madurado al sol no necesitan nada más que un pellizco de sal marina, un chorrito de un buen aceite de oliva virgen extra y un puñado de hojas de albahaca para realzar su excelencia natural. A veces un sencillo cuenco de zanahoria rallada con una vinagreta básica es un acierto para el paladar, especialmente cuando no tengo mucho tiempo. Suelo comer una ensalada enorme al día. Casi siempre me la hago con lo que tengo en ese momento en la nevera. Incluso se puede desayunar ensalada en forma de zumo o batido verde", sostiene.
Además, defiende que muchas veces nos resistimos a comer las ensaladas en los meses más fríos, pero si se rocían con aliños sabrosos y picantes (jengibre, ajo y especias, por ejemplo), se incluyen hortalizas ricas en carbohidratos (como zanahoria, camote y apio o nabo), y se añade un puñado de nueces y semillas, al instante se consigue una ensalada "más saciante y reconfortante". Se pueden también cocer las verduras, emplear aliños templados o salsas y aderezos calientes.
Aunque se suele considerar a la ensalada un plato principalmente salado, Locke llama la atención sobre el hecho de que se puede añadir fruta, como fresas, arándanos e higos, por ejemplo. "Además de aportar una textura suave y un sabor dulce, el plato final tendrá un aspecto muy apetecible. No debemos olvidar que comemos con los ojos, así que merece la pena esforzarse con la presentación, utilizar ingredientes frescos de primera calidad, e incorporar una amplia gama de colores y texturas", subraya. Así, destaca que la mejor manera de empezar una ensalada es con vegetales frescos, "preferiblemente de temporada y ecológicos", pues serán "más sabrosos y sanos".
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