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Respuesta: la secretaria del estado la conferencia de presa cadena nacional
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La importancia de la opinión pública se refleja en el hecho que es el factor que determina los niveles de crítica o aceptación de los políticos y del actuar gubernamental, los medios de información tienen un papel trascendente en este aspecto, debido a que en el mundo se genera mucha información y la capacidad de transmisión de esta se encuentra limitada.
En la radio y la televisión los límites son temporales y en la prensa escrita el límite se determina por los espacios electrónicos o de papel con que se cuenta.
De lo anterior que la información que los medios transmiten a la sociedad deba pasar por un proceso de filtración, cuyo cedazo obedece a factores de índole comercial o ideológica.
Los criterios comerciales dan preferencia a dos tipos de información: la netamente comercial, es decir la publicidad de los patrocinadores, y la información que gusta al público y provoca el consumo del medio. Un ejemplo de esto es la violencia, motivo por el cual muchos medios de comunicación tienen una parte especial dedicada a esta, a la que denominan generalmente justicia o policial.
Por su parte los criterios ideológicos atenderán a las creencias o inclinaciones políticas, religiosas o de otra índole, de los encargados de la redacción o los directivos y propietarios del propio medio.
Estos condicionamientos del filtro de información, condicionarán la opinión de sus lectores, radioescuchas o televidentes, en lo que se refiere a la vida social y política de la comunidad.
Para que la sociedad pueda ser un buen crítico del actuar gubernamental y por tanto un factor constante en el proceso democrático, se requiere de una opinión pública caracterizada por la diversidad de la crítica, lo que se logra cuando el sistema de información de un país presenta dos elementos esenciales: Libertad de información que implica la posibilidad de que los medios transmitan la información que consideren pertinente sin que exista otro control que los propios criterios de filtración y clasificación que el propio medio decida y pluralidad mediática que requiere la existencia de suficientes medios de comunicación para que se puedan presentar a la sociedad diversas corrientes ideológicas y políticas, de tal forma que le permita a los ciudadanos la posibilidad de optar por las diversas posibilidades de pensamiento que transmiten los medios.
Es evidente que el poder político por su propia conveniencia, tiende hacia el control de los medios de comunicación y, en un país totalitario, esto lo logra a través de la censura previa, que el Estado realiza antes de la publicación de la información; pero en los países en donde existe una relativa libertad en los medios de comunicación, el poder público buscará otros medios para controlar la información de los medios transmiten a la comunidad.
Entre éstos se encuentra el control económico que se da a través de la publicidad oficial. En estos países, el Estado suele ser uno de los principales consumidores de la publicidad que transmiten los medios y, por consecuencia, se puede volver selectivo en su contratación de publicidad a través de preferencia a aquellos medios que les cause la menor incomodidad.
Pero también puede hacerlo a través de la denominada "autocensura", que son las propias limitantes que las empresas de información establecen en sus filtros para evitar situaciones que les puedan perjudicar.
El Estado puede provocar la autocensura a través de una fuerte inversión en la compra de publicidad en los medios de información.
El caso de México presenta estas características, el Gobierno Federal de Enrique Peña Nieto, de acuerdo al periódico Reforma, en los primeros diez meses del 2013, se gastó en publicidad oficial una cantidad superior a los treinta y siete millones de dólares y para el mismo periodo del 2014, el gasto en tal concepto había superado los ciento cuarenta millones de dólares.
Estas cifras son preocupantes no denotan la buena fe de un gobierno en informar al público, sino la intención de poner una mordaza a los medios de comunicación a través de la autocensura derivada del interés económico. Se sigue aplicando la frase que se atribuye al ex presidente López Portillo "no te pago para que me pegues".