Explicar la cuestión del conocimiento en Kant y desarrollar sistemáticamente las principales líneas del pensamiento de este autor.
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Kant realiza una síntesis entre las posiciones empiristas (que decían que el origen del conocimiento verdadero eran los sentidos) y las posiciones racionalistas (que sostenían que el conocimiento verdadero tenía su origen en la razón), es decir concibe una forma de conciliar ambas posiciones. Su posición será llamada idealismo trascendental.
En la "Crítica de la Razón Pura" el filósofo alemán se propone explicar cómo es posible acceder a verdades sintéticas a priori (que son aquellas verdades que, para Kant, sintetizan el apriorismo racionalista y el sinteticismo empirista).
En la "Estética Trascendental", la primera parte del libro, Kant dirá que el tiempo y el espacio existen como condición de posibilidad de toda percepción, es decir el tiempo y el espacio no son una cosa que está en el mundo, sino que son aquello que el sujeto tiene como parte de su sensibilidad y que le permite organizar el caos de percepciones que recibe a través de los sentidos.
En la "Lógica Trascendental", la segunda parte del libro, Kant afirma que todo el material sensible que el tiempo y el espacio han ordenado es luego encuadrado por el entendimiento, el cual usa las categorías (son doce en total). Gracias a ello se tienen nociones como las de causalidad, unidad, etc. Por ende cuando un sujeto las descubre, técnicamente no las está descubriendo en el mundo, sino que las está descubriendo en su entendimiento, el cual crea los conceptos.
Gracias a esto logra demostrar que hay ciertos juicios que son sintéticos (provienen de la experiencia y amplian la información del sujeto sobre el mundo), pero a priori (no están dados en el mundo, sino que están en la mente del sujeto). La clave del pensamiento kantiano es separar al noúmeno del fenómeno: el primero es la cosa real tal y como existe fuera de la conciencia que nadie puede conocer en si misma, mientras que lo segundo, es decir el fenómeno, es la representación que ese noúmeno ha hecho ante la conciencia. Por ende el conocimiento es siempre fenoménico, se conoce el hecho presentado ante la conciencia (ordenado mediante las nociones de tiempo y espacio y por las categorías del entendimiento), no la cosa en si misma.
Finalmente, en la última parte de la "Crítica de la Razón Pura", Kant habla de las ideas de Mundo, Alma y Dios, y señala que las tres son meras reguladoras de la experiencia: el Mundo es la suma de todos los fenómenos observables, el Alma es la suma de toda la actividad mental, y Dios es la suma de virtudes.