Respuestas
enseñando bien,no cobranda tan cara la pencion y no hallan malos profesores
Respuesta:
Tradicionalmente, se ha visualizado a la escuela como un centro de enseñanza en que
la comunidad educativa constituye un espacio cerrado que considera como únicos
componentes -salvo excepciones- a docentes, estudiantes y apoderados/as, quienes
son portadores de atribuciones claramente definidas según su grupo de pertenencia.
Por tanto, la comunidad educativa ha sido definida mayoritariamente como el
conjunto de relaciones que mantiene entre sí docentes, autoridades, estudiantes,
padres, madres y apoderados/as en cada establecimiento escolar.
A pesar de que la escuela está inserta en una comunidad local o territorial definida,
con identidad, historia y un conjunto de representaciones comunes, ha prevalecido el
modelo de escuela “cerrada”, es decir, una escuela replegada sobre sí misma. Aunque
actuara con su entorno como, por ejemplo, a través de actividades de extensión,
intenta que ese entorno no influya en esta intervención.
Es así como en una gestión institucional cerrada se observa distancia respecto de
la comunidad y el vínculo con ella no contempla estrategias de participación que
incluyan expectativas, demandas y/o necesidades de los referentes familiares del
estudiantado u organizaciones sociales territorialmente cercanas a la escuela. En este
tipo de gestión o en esta forma de “hacer escuela”, la cultura resulta un elemento
externo a la comunidad, entendiéndose la función de la institución escolar como
la de socializar acorde a los valores de la sociedad y de una única cultura legítima.
Una “escuela abierta a la comunidad” implica una redefinición del concepto de
comunidad educativa, que no lo restringe al escenario tradicional de escuela,
docentes, estudiantes, apoderados/as, sino que se abre al espacio público local,
incluyendo como agentes de enseñanza y aprendizaje a las familias, iglesias, clubes,
organizaciones de vecinos, bibliotecas, organizaciones productivas, agrupaciones
culturales u otras entidades que conforman el entorno en que se inserta la escuela,
con el propósito de construir un proyecto educativo y cultural que surja de las
necesidades y posibilidades de la comunidad.
La escuela abierta tiene un carácter social y se constituye sobre una experiencia de
interacción entre escuela-comunidad-entorno, creando instancias de encuentro
entre ellas con el fin de retroalimentarse mutuamente. La flexibilidad de su estructura
le permite acomodarse y adaptarse al contexto donde se ubica.
En esta línea, existe consenso respecto a que los equipos directivos de las escuelas –
además de ser buenos pedagogos- deberían constituirse en “líderes organizacionales”,
asumiendo acciones ligadas a la gestión con otros actores sociales, culturales y
comunitarios, con el fin de atender otras necesidades que se presenten, a partir
del trabajo con organizaciones de diferentes ámbitos. Sin embargo, es fundamental
que la escuela no se vea sobrecargada con tareas que no le son propias sino, por el
contrario, que pueda cumplir con su función social: la de enseñar.
Explicación:
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